CIENCIA

Los dibujos científicos de Ramón y Cajal llegan a Nueva York

Se trata de medio centenar que han sido elegidas de entre más de 430 figuras captadas por un total de 62 laboratorios neurocientíficos de todo el mundo y que, como si se tratara de cuadros, diferentes escritores, como Enrique Vila-Matas, Fernando Savater o Eduardo Lago, se han encargado de titular.

Los dibujos que el español Santiago Ramón y Cajal realizó sobre el sistema nervioso pueden verse en el Instituto Cervantes de Nueva York, donde forman, junto a obras de otros científicos, la exposición "Paisajes neuronales".


Con la intención de ilustrar la evolución del conocimiento del sistema nervioso que se ha tenido en el último siglo, la muestra presenta las creaciones del Nobel español de Medicina y Fisiología de 1906 junto a un total de cincuenta imágenes realizadas con técnicas de vanguardia por científicos de todo el mundo.


Tejidos, neuronas o tumores quedan retratados en una exposición que, con el nombre completo de "Paisajes neuronales: Homenaje a Santiago Ramón y Cajal" y producida por CosmoCaixa, repasa el arte del ser humano de plasmar esos elementos, desde la época del científico aragonés hasta nuestros días.


De un lado quedan los dibujos que Ramón y Cajal realizó a mano mientras se convertía en el padre de la neurociencia moderna, mientras que, de otro, se exponen unas imágenes llenas de color y formas sorprendentes que recuerdan a obras de arte salidas de la mente de pintores como Pierre-Auguste Renoir o Joan Miró.


Se trata de medio centenar que han sido elegidas de entre más de 430 figuras captadas por un total de 62 laboratorios neurocientíficos de todo el mundo y que, como si se tratara de cuadros, diferentes escritores, como Enrique Vila-Matas, Fernando Savater o Eduardo Lago, se han encargado de titular.


"El estudio del cerebro no es sólo importante porque supone avances para combatir enfermedades como el parkinson o el alzheimer, sino también por la extraordinaria belleza que entraña en sí mismo", explicó Javier de Felipe, investigador del Instituto de Neurobiología Ramón y Cajal y comisario de la muestra.


Para De Felipe, quien destacó el valor de los dibujos de Ramón y Cajal porque son "antiguos y de difícil acceso", la muestra es "un puente entre la ciencia y el arte que logra sorprender a todo aquél que se acerca a verla".


El investigador aseguró que la exposición es "un homenaje emotivo" para el genio español, debido a que Ramón y Cajal vio frustrada su intención de ser artista, "una profesión que se quedó en nada cuando su padre le prohibió ejercer de pintor".


"Cajal pintaba muchísimo. Dibujaba acuarelas y también a lápiz, pero su padre creyó que, como nunca sería un gran pintor, era mejor que estudiara medicina para poder sobrevivir", ahondó De Felipe, quien recordó que "cuando empezó a estudiar el cerebro sus aptitudes artísticas hallaron por fin una excusa para existir".


El comisario explicó la importancia de que la exposición haya llegado a Nueva York, donde, según dijo, hay "un gran número de admiradores de Cajal y se pueden encontrar, como en todas las universidades de EEUU, científicos que se reconocen auténticos fanáticos de su legado".


Con motivo de la inauguración de la exposición, la sede neoyorquina del Instituto Cervantes también acogió una mesa redonda para tratar la importancia de Ramón y Cajal para la ciencia y en la que, además del comisario, participaron los investigadores Rafael Yuste (Universidad de Columbia) y Rodolfo Llinás (Universidad de Nueva York).


Llinás, director del Departamento de Neurociencia de la Universidad de Nueva York, destacó la importancia de Cajal, quien explicó "cómo funcionamos como seres humanos y cómo podemos funcionar mejor, cuál es nuestra naturaleza".


"La importancia de Ramón y Cajal se compara al descubrimiento de América. Abrió las puertas para que se entendiera el funcionamiento del cerebro como nadie lo había hecho nunca y la mayoría de la gente debe saber que Cajal nos enseñó que somos cerebros, con piernas y brazos, pero cerebros al fin", dijo Llinás.


Desde 2006, la exposición, que se podrá ver hasta el 24 de mayo en la Gran Manzana, ha recorrido ya numerosas ciudades españolas y se ha expuesto también en países como Australia e Israel. La próxima escala de la muestra será Brasil y, según dijo el comisario, es posible que viaje "a varios países del Norte de África".