La Pantera Rossa es una librería peculiar. Está especializada en ensayo y editoriales alternativas, vende también productos de comercio justo, es un centro de reunión de grupos muy diversos y se financia con aportaciones de la gente.

La Pantera Rossa (en la calle de San Vicente de Paúl, 28, en Zaragoza) acaba de cumplir un año. Empezó con la ilusión y el dinero de unas cincuenta personas. “El proyecto nace de la solidaridad. Se puso en marcha con préstamos personales, no le debemos nada al banco. Es un proyecto colectivo, mucho más que una librería, es un espacio abierto y un punto de encuentro”, recuerda Elvira Lozano, una de las socias fundadoras. Comparten filosofía con otras librerías alternativas, como La Hormiga Atómica, de Pamplona, o Traficantes de sueños, de Madrid.

En el local se reúnen diversos colectivos, como el periódico Diagonal, el Grupo de estudios metropolitanos Azofra, la Red de Apoyo a Sin Papeles, el colectivo Antimilitarista Mambrú o el grupo Urban Knitting (aficionados a tejer y a intervenciones artísticas). Y se organizan conferencias o talleres variados, desde presentaciones de libros a encuentros de danza. “Se demuestra la carencia de espacios de este tipo, especialmente en el Casco Histórico”, apunta Elvira Lozano.

En la línea de otros proyectos de 'crowdfunding' (financiación colectiva de proyectos, utilizando Internet), La Pantera Rossa busca ahora nuevos socios. “Para complementar los ingresos por la venta de libros, queremos crear una base de colaboradores. Este espacio se sostiene gracias a las contribuciones de todos”, explica Javier Gimeno, coordinador de la campaña.

Esperan llegar a un centenar de socios. En su web ofrecen información de la campaña, con aportaciones de 5 euros al mes y algún beneficio, como descuentos en la compra de libros o participar en el sorteo (el 17 de febrero) de una bicicleta donada por Recicleta.