FESTIVAL DE CINE

Isabel Coixet pasa por San Sebastián

La cineasta ha estrenado su nuevo documental, rodado en Uzbequistán. 'Aral. El mar perdido' narra el dramático proceso de desertización de lo que fuera un enorme lago salado en el corazón de Asia Central.

Isabel Coixet, este martes en San Sebastián.
Isabel Coixet pasa por San Sebastián
AFP PHOTO

La imagen de un barco oxidado varado en un mar de arena es el punto de partida de 'Aral. El mar perdido', el nuevo documental de Isabel Coixet que se estrenó este martes en la retrospectiva ".doc - Nuevos caminos de la no ficción" del Festival de San Sebastián.


La directora de 'Mapa de los sonidos de Tokio' viaja en esta ocasión a Uzbequistán, de la mano de la fundación We Are Water, para narrar el dramático proceso de desertización del mar de Aral, que hasta hace unas décadas era un enorme lago salado en el corazón de Asia Central.


"Tenía esta obsesión por Aral porque por mucho que viera fotografías y me contaran que se había convertido en un desierto, no me lo podía creer", dijo Coixet durante la presentación del documental ante un pequeño grupo de medios.


Y no es para menos: la desertización del mar de Aral es uno de los grandes desastres ecológicos de los últimos tiempos, que convirtió al cuarto lago más grande del mundo en una superficie muerta y contaminada debido a la desviación del curso de los ríos Amu Daria y Sir Daria para regar cultivos de algodón. Un algodón que ya nadie quiere.


No es la primera incursión de Coixet en este género, aunque confiesa que tiene "mucho respeto" por la realidad, y que en la ficción se siente "mucho más libre". Pero con los documentales se aprende sobre todo a "respetar a la gente, a saber sacarles cosas y a esperar", explicó la realizadora. "En la ficción tengo mucha menos paciencia".


Cuando llegó a esa informe masa desértica donde apenas quedan atisbos de vida, lo primero que pensó fue que era "como el final de 'El planeta de los simios', cuando Charlton Heston descubre la Estatua de la Libertad cubierta de arena".


Por eso, aunque se describe como una persona "de naturaleza aséptica" que no cree que un grano de arena haga montañas, sí quiere al menos aportar el suyo. Y que catástrofes como las del mar de Aral, que según declaró podrían compararse -salvando las distancias- con la desaparición de las Tablas de Daimiel en España, no vuelvan a repetirse.


La personal voz de sir Ben Kingsley, que trabajó con Coixet en 'Elegy', es la narradora de este documental que huye explícitamente del preciosismo en favor de la claridad y el tono divulgativo. "Está pensado como un documental didáctico", explicó la cineasta. "No es una visión personal, lo que he intentado es ser lo más clara posible", añadió. "Yo de esteticista tengo muy poco."


La cinta cuenta además con la colaboración de Tim Robbins, que ha compuesto uno de los temas de la banda sonora y también trabajó con Coixet en 'La vida secreta de las palabras'.