Premios Goya 2012

Inma Cuesta

Para Inma Cuesta el pasado 2011 fue como vivir en una montaña rusa. Una de esas atracciones que arrancan despacio, con un ligero traqueteo, pero que despiertan la atención y ponen en alerta.

Inma Cuesta
Inma Cuesta: "Como yo, mi personaje en 'Aguila roja' no es una pitiminí"
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Para Inma Cuesta el pasado 2011 fue como vivir en una montaña rusa. Una de esas atracciones que arrancan despacio, con un ligero traqueteo, pero que despiertan la atención y ponen en alerta. En el caso de la actriz, la señal de inicio fue el estreno de 'Águila Roja', la película en la que repetía el personaje que le lanzó a la fama en la pequeña pantalla. Luego, y siguiendo con la vagoneta, llega ese momento en el que hay que mirar hacia arriba, hacia la cumbre. Y para Inma esa ascensión hacia lo más alto llegó con su papel en 'Primos'. En la comedia de Sánchez Arévalo se reveló como una magnética presencia para la cámara, capaz de robar escenas a actores más fogeados que ella en el género.


Una vez en la cumbre, la montaña rusa juega a mantener el suspense y a aprovechar la fuerza generada para superar los continuas subidas y bajadas. Que es lo que le pasó a Inma a partir del estreno de 'La voz dormida', en el Festival de San Sebastián.


En realidad, el papel de Hortensia en la película de Benito Zambrano era su primer protagonista. Sin embargo, en Donosti todos los focos se fueron hacia su compañera, su hermana en la película, María León, que se llevó la Concha de Plata por su interpretación de Pepita. Buen rollo sincero entre ambas. Sin problemas. María se acordó de Inma en los agradecimientos del Kursaal e Inma no paró de repartir alabanzas hacia su joven compañera en la promoción de la película. Ahí a Inma le tocó pasar a un segundo plano; sobrellevar el descenso vertiginoso que hay a mitad del viaje de una montaña rusa y que nos emboca directamente hacia un final desconocido.


Ese último tramo arranca en la sede de la Academia de Cine, cuando Inma Cuesta y Lluis Tosar abren los sobres para desvelar los nominados. Y en la categoría de mejor actriz, allí está ella, junto a Salma Hayek, Verónica Echegui y Elena Anaya. Ahí es nada. Una casi debutante, cuya experiencia hasta el pasado año se reducía a la tele, entre la élite de las actrices de cine de nuestro país.


El sueño cumplido para Inma Cuesta (Valencia, 1980, pero andaluza de adopción y formación) desde que era pequeñita: "Como con diez años ya me quedaba alelada viendo a Marisol y a Concha Velasco. Soy actriz vocacional y mi sueño ha sido siempre dedicarme a esto, aunque si el día de mañana tengo que trabajar en otra cosa, no me importará".


Inma sabe de lo que habla. Llegó a Madrid para trabajar de dependienta en una tienda y en tan solo un año ya estaba en los carteles de un musical de éxito en la Gran Vía ('Hoy no me puedo levantar'). "Mis amigos me dicen que tengo una flor en el culo, pero yo siempre les digo que trabajo como una mula". Y por eso, el año que viene la veremos a las órdenes de Alberto Rodríguez, Pablo Berger o Daniel Calparsoro. Pero antes tenemos que descubrir cómo desciende el 19 de febrero de la gran montaña rusa en la que se ha convertido su carrera.