MÚSICA

De fan a fan y tiro porque me toca

Tener más de 100 discos de conciertos de un artista es cosa fina, y si es por la generosidad de quienes comparten tu pasión, mejor. Quien da a un artista una importancia capital no tiene por qué ser 'friki'¿ si lo controla.

Paula, Kara y Alboraya, con Álvaro Suite (guitarrista de Bunbury), el pasado 1 de marzo en Las Vegas/ Pilar Corredera con Camilo Sesto, en 1980
De fan a fan y tiro porque me toca
HERALDO

Hay quienes juegan con trenes eléctricos, diseñan postales virtuales de cumpleaños en las redes sociales, coleccionan sellos o pasan las mañanas de los domingos compitiendo con coches de radiocontrol. Otros funden su pasión coleccionista con la devoción hacia un músico. Dentro de este segmento humano, que a partir de ahora recibirá la denominación de fan, hay elementos a los que se le ha ido la pinza, como si fueran sábanas juguetonas con el cierzo. El nombre del ídolo tatuado en los párpados, un iPod lleno de sus canciones y otro para el resto de la música del mundo, una campaña para que se ponga el nombre del citado ídolo a la calle donde vive su fan… son casos extremos.


No es el caso de Juan Garrancho, jiennense, uno de los 'jefes' de Bunburyclub junto a su compadre y compueblano Jesualdo. Una red de colaboradores entre los que destaca Susan Q, de Zaragoza. Juan admira a Héroes del Silencio y al que fuera su vocalista, Enrique Bunbury. Su carácter de fan es realmente constructivo. Además de llevar la página de Internet www.bunburyclub.com y de 'currarse' sus contenidos a diario, le ha cogido tanto cariño a Zaragoza que no para de promocionar bandas aragonesas y toda iniciativa que toque directa o tangencialmente al universo de Bunbury. "Nunca me he considerado un fan irredento de Bunbury y Héroes. Sí que es cierto que forman parte muy importante de mi vida y su música me acompaña a diario, pero no siento una obsesión enfermiza. Ahora mismo escucho los últimos discos de Chris Isaak y Hot Legs, y he rescatado el 'Hollywood Vampires' de L. A. Guns", dice.


No obstante, Juan -que visita con frecuencia Zaragoza- reconoce que por Bunbury y Héroes "he hecho alguna que otra locura, sobre todo siguiéndoles a los conciertos que he podido, aunque esté sin coche y haya tenido que dormir en la calle o en estaciones de trenes o autobuses. Además, en www.bunburyclub.com siempre esperamos con muchísima ilusión nuevas noticias para actualizar la web, y son muchas las horas que les dedicamos".


Significativo es también el caso de la zaragozana Pilar Corredera, periodista, madre de dos hijos y, sin duda alguna, la mayor fan de Camilo Sesto que hay en el mundo. "Cuando era adolescente llevaba su club de fans. Cogí el encargo a petición suya, una vez que vino a Zaragoza y supo de mí y de mi gusto por su música. Yo colaboraba en Radio Juventud y siempre aprovechaba para pinchar sus discos y dar noticias de sus giras. Luego lo vi en montones de conciertos por toda España", explica.


Internet dio a Pilar la posibilidad de matizar su gran pasión por el universo 'camilista'. "Tengo una colección de más de 100 deuvedés de conciertos suyos de todas las épocas, gracias a la red de intercambios que hemos montado en el grupo de Yahoo! 'A voluntad del cielo', que llevo junto con un amigo argentino, Jorge. Subimos archivos, sobre todo del Camilo de los 70 y los 80... Compartimos lo que vamos consiguiendo y cambiamos la portada con un trozo de una canción y foto relacionada: esta semana tocaba Jesucristo Superstar, claro". Sus hijos, que tienen 22 y 19 años, piensan directamente que Pilar es una 'friki'. "Sí, y me lo dicen, pero la chica menos; ella va por los Pereza".


Kilómetros y escalada


Los fans con 'f' de fascinados se patean el mundo sin pestañear para seguir en directo a sus ídolos. Bunbury, por ejemplo, hizo que las valencianas Pilar, Kara y Alboraya (del foro Bunburydad) pusieran proa a Las Vegas hace mes y medio. Tras una semana entera de viaje, regresaron a casa con mil anécdotas, ninguna de ellas truculenta.


No es el caso de los fans con 'p' de pirados. Las bandas de adolescentes para adolescentes tienen la mayor tasa de historias para no dormir. Los alemanes Tokio Hotel son un buen ejemplo: hace poco, una chiquilla de 16 años trepó por la pared de un edificio hasta la suite en la que la banda atendía un compromiso publicitario, y estuvo a punto de caer al vacío. Los bomberos la rescataron, pero el grupo quedó en 'shock'. Incluso suspendieron algún concierto, aunque oficialmente se argumentó una enfermedad en las cuerdas vocales de su cantante, Bill Kaulitz.


Los fans de Madonna también son fieles, y no se andan con chiquitas. En España, al menos dos grupos reclaman la 'oficialidad', uno en Valencia -asociado a la organización del concierto en Zaragoza, por cierto- y otro en Gijón. Diferencias aparte, ambos tienen en común un altar para la Ciccone, y ambos reportan al club oficial, que tiene su sede en Detroit: gracias a eso, tienen acceso a la compra de entradas antes que el resto de los mortales.


Parecida tarea aglutinadora ejecuta con Metallica la página metclub.com, que regula todo lo relacionado con la banda de James Hetfield y Lars Ulrich, desde promociones a audiciones, preventas, descargas de conciertos en mp3 y rutas para seguir los recitales del próximo verano por Europa. Un buen puñado de incondicionales se dejará en el camino los días de vacaciones y los ahorrillos para días lluviosos. Cuestión de prioridades…