¿Don Gregorio o don Chiquito?

Tengo nombre de torero, Gregorio Sánchez Fernández, pero me llaman Chiquito.

¿Puede andar por la calle sin que le pare la gente?

¡Qué va! Voy siempre corriendo, parece que me han robado el monedero. Me alegra que se acuerden de mí.

Mantiene su estilo único, aunque mil veces imitado.

¡A mí me ha imitado toda España y parte de Tarzán y el río Amazonas! Por algo habrá sido, ¿no? Aunque hay cantidad de gente que ha explotado mi personaje en la televisión, pero lo llevo bien.

La gente sigue usando por la calle expresiones como 'fistro'.

Es todo un orgullo. Cuando salgo a actuar me surgen por inspiración palabras como 'gurijardemoder'. En las películas, si el guión tiene 200 páginas, habló para llenar 400.

Antes de ser humorista, fue cantaor flamenco e incluso trabajó dos años en Japón...

Era cantaor de los buenos, pero pillé una época mala. Trabajé con grandes artistas como Paco de Lucía o Camarón. Pero el humor nacía en mí, y la gente siempre se reía conmigo.

Siempre se echa la mano a las lumbares... ¿Tanto le duelen?

Parece que trabajo en el puerto de Málaga desarmando un barco (risas).

¿Piensa jubilarse?

Sí, pero no me dejan. Pero ahora llevo el trabajo más tranquilo, porque antes llevaba el corazón como si fuera un personaje de dibujos animados.