Arte

Adiós al pintor y escultor Ricardo Santamaría

El artista nacido en Zaragoza en 1920, del Grupo Zaragoza, falleció en Francia la semana pasada.

Esculturas de Ricardo Santamaría
Adiós al pintor y escultor Ricardo Santamaría
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La pasada semana, en Prayssac, Francia, donde residía desde hace muchos años, fallecía toda una leyenda del arte aragonés, Ricardo Santamaría, Ricardo López Santamaría, nacido en Zaragoza en 1920, miembro del Grupo Zaragoza -con Juan José Vera, Daniel Sahún, Hanton González y Julia Dorado- y teórico del 'Manifiesto Riglos', de 1964. Santamaría fue objeto de una antológica en 2004 en el Palacio de Sástago, coordinada por José Ignacio Bernués y Paco Rallo. Decía entonces a HERALDO: "La verdadera creación no lleva la marca de las corrientes a la moda o de los usos vigentes, no le interesa lo inmediato, lo perecedero o lo transitorio. Es silenciosa y anónima, humilde y sin pretensiones y, desde luego, siempre huye de los montajes publicitarios. El arte es asunto del alma".


Santamaría, discípulo en cierto modo del Grupo Pórtico y de ese universo de expresionismo abstracto, era pintor y escultor. Se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza, y amplió sus estudios en el Ateneo Obrero de Barcelona. Trabajó en diversos oficios -tallista, dorador, restaurador de muebles, pintora decorador...- y ya en 1947 se presentó como pintor en su ciudad.


Pintor figurativo entonces, poco a poco, tras la estela de Pórtico (y pensamos el trío más famoso: Santiago Lagunas, Eloy Laguardia y Fermín Aguayo, que se instalaría en París a partir de 1952), su arte se irá desplazando hacia la abstracción. Como sus compañeros Sahún y Vera, en los inicios del Grupo Zaragoza, su pintura era variada e intensa, poseía una gran carga expresiva y una atmósfera un tanto tenebrista, aunque poco irá derivando hacia un arte más luminoso, que pasa por distintos períodos, casi siempre con la técnica del acrílico. También desarrolló, en sus diversas fases, una pintura con ecos del cubismo, el arte pop o el collage, realizado con papel de periódicos. Avanzados los años 80 expuso en el Mixto-4 una pintura metafísica y abstracta, con pliegues y repliegues, que parecían aludir a los tormentos del alma.


Simultáneamente, Ricardo Santamaría trabajó la escultura, donde exhibía un mundo personal de ensamblajes, de figuras, de símbolos, de variedad de planos, de alusiones al mobiliario clásico y de vanguardia, siempre con una gran técnica y un dominio absoluto de las estructuras. Muchas de sus obras presentan un aire totémico, como su visión del Quijote de 1970 o sus pájaros tropicales, que a veces hacen pensar en Roberto Matta.


Artista entusiasta e indesmayable, desplegó una personal visión de la belleza y se afirmó, una y otra vez, en la libertad creativa.