José Manuel Blecua, director de la Real Academia Española, en la que José Luis Sampedro ha ocupado hasta su muerte, ayer, el sillón 'F', ha destacado hoy la lucidez, la capacidad creadora y el sentido crítico del autor de novelas como 'La sonrisa etrusca' o 'La vieja sirena'.

"Fue un académico muy preocupado por la lengua, por las actitudes que la Academia debía tener ante ella en estos momentos de la vida. Era extraordinariamente lúcido, con un espíritu muy juvenil y un sentido crítico de la realidad muy acusado", ha destacado el director de la RAE en declaraciones a EFE.

José Luis Sampedro, en opinión de Blecua, poseía dos cualidades "difíciles de encontrar" en una misma persona. "Una enorme capacidad creadora, para el ensayo, la novela, el teatro,... y un rigor intelectual de altura, formado en una ciencia como la Economía".

"Hasta hace muy poco le he escuchado -recuerda José Manuel Blecua- pronunciar discursos ejemplares" sobre economía, sobre la crisis y sus causas, como el que hizo en la Universidad de Alcalá de Henares cuando fue investido doctor "honoris causa". "Habló sin tener una nota escrita, en una magnífica exposición, sobre los problemas económicos de nuestro país".

Sampedro, continúa Blecua, "supo mantener hasta el final de sus días una actitud viva de intelectual crítico, de un intelectual de una formación amplísima".

"Y como amigo -destaca el director de la Academia de la Lengua- era muy simpático, ejemplar, cariñoso,...Daba gusto hablar con él, en el trato diario, como compañero en la institución".

Una institución que está de luto por tan importante y triste pérdida y que, para hacer visible su pesar, ha colocado a media asta la bandera nacional que ondea en su fachada. Además, las puertas de esta "casa" tricentenaria "están a medio cerrar, como tradicionalmente se hace cuando muere un académico".

Otra muestra de luto, informa Blecua, será la suspensión del pleno que, como todos los jueves, la Academia tenía previsto celebrar pasado mañana. Antes, su director hará el "elogio" de Sampedro.

"Sus intervenciones, dentro y fuera de la Academia, estaban llenas de lucidez y de sentido común", vuelve a insistir Blecua. "En los últimos tiempos venía poco por la casa, por sus problemas de salud, pero cuando lo hacía disfrutaba mucho. Y nosotros de él".