Fotografía

"Con cariño y educación los niños de hogares infantiles pueden salir adelante"

La fotógrafa María Torres-Solanot inaugura hoy la exposición "Crecer en agua", dentro de su proyecto Opencameras de cooperación con centros de menores de Bolivia.

Un chico de un centro de adolescentes de Sucre
"Con cariño y educación los niños de hogares infantiles pueden salir adelante"
MARIA TORRES-SOLANOT

En las fotografías de María Torres-Solanot de las niñas, chicos y adolescentes de varios hogares infantiles de Sucre (Bolivia) hay muchas sonrisas. Son niños con historias durísimas detrás: de abandono, violencia, explotación laboral... María retrata sus sonrisas y quiere rendir un homenaje a su capacidad de superación en la exposición "Crecer en agua", que se inaugura esta tarde (19.30) en el centro Joaquín Roncal de Zaragoza.


María lleva un año trabajando en el proyecto de cooperación Opencameras con varios hogares infantiles de Sucre. "Son niños abandonados o que han debido salir de su núcleo familiar por distintos motivos. Viven en hogares de acogida, como cuando se arranca una planta y se mete en agua para que pueda vivir. Estos niños crecen en agua. Con mucho cariño y educación pueden salir adelante", afirma. "Los hogares hacen una gran labor de reeducación emocional", subraya.


María, que ha trabajado muchos años como fotógrafa de prensa (fundamentalmente en HERALDO DE ARAGÓN), puso en marcha el proyecto Opencameras con el doble objetivo de impartir talleres de fotografía e informática a estos niños y, por otro lado, documentar su historia y denunciar el abandono infantil. En Bolivia, unos 30.000 niños crecen en orfanatos. "Crecer en agua" es la primera exposición de un proyecto muy ambicioso.


La muestra se puede visitar del 13 al 24 de noviembre en el centro Joaquín Roncal (calle San Braulio, 5). Los horarios son: de lunes a viernes, de 18.00 a 21.00, y sábados, de 11.00 a 13.30 y de 18.00 a 21.00. Domingos y festivos está cerrado. La exposición consta de 39 imágenes de estos niños con los que María ha trabajado, así como un panel con algunas de las fotos que ellos han tomado.


En el último año, María ha pasado ocho meses en Bolivia, dando clases y colaborando con los hogares. "La fotografía ayuda mucho a la autoestima y a mejorar las habilidades de socialización de estos niños desarraigados", subraya. También ha entregado material informático, fotográfico, escolar y juguetes a los centros, procedentes de donaciones de empresas o particulares.


Su proyecto de cooperación salta fronteras y no se circunscribe solo a Bolivia. Ahora ha comenzado a impartir un taller de fotografía a adolescentes en un centro de día de Aldeas Infantiles en Zaragoza. Pronto comenzará otro para menores tutelados. Y planea volver a Bolivia.