Trece al sol de... Severino Pallaruelo

"Soy de muy buena boca para los paisajes: disfruto en todos"

Severino Pallaruelo Campo (Puyarruego, Huesca, 1954) es profesor, escritor, antropólogo y pirineísta. Ha publicado libros de narrativa e historia, diarios, biografías, y una espectacular ?Guía turística de Aragón? (Prames, 2003).

Severino Pallaruelo
"Soy de muy buena boca para los paisajes: disfruto en todos"
HERALDO

1. ¿Qué hace un historiador y profesor en verano?

-Lo mismo que todo el mundo: viajar un poco, tomar el sol, caminar por el monte, nadar, leer… Y también preparar las clases del curso próximo.


2. ¿Dónde ha veraneado a lo largo de los años?

-Salvo un verano, que pasé dos meses en Zumaya, en la costa vasca, los otros han transcurrido con alguna semana en Francia, en Canarias o en las costas peninsulares, y el resto en los Pirineos con escapadas a Madrid.


3. ¿Es de playa, de montaña, de ciudad o de pueblo?

-Me gustan las playas poco concurridas y las montañas, pero soy de muy buena boca para los paisajes: disfruto en todos. Los pueblos, las ciudades grandes, las estepas castellanas, los montes olvidados, los barrancos, los páramos, las ciudades pequeñas…


4. ¿Es metódico o improvisa?

-Me gusta mucho viajar sin mucha organización previa, eligiendo los destinos casi al azar, sin reservas, por carreteras perdidas.


5. ¿Cuál ha sido el viaje de verano de su vida?

-Creo que no tengo ninguno especial, acaso uno que hice por Francia a los 17 años, con unos amigos que tenían coche, sin ninguna planificación, durmiendo en las playas y en los bosques.


6. El verano está asociado a la infancia y a la adolescencia. ¿Cómo fue esa época?

-Divertida, luminosa, apasionada. Veranos muy largos, calurosos, de baños en los ríos, de mucho sol, de conversaciones. Y de enorme melancolía cuando las tormentas y el viento de los últimos días de agosto dispersaban a los amigos y marcaban el final de las vacaciones, la vuelta al colegio, la monotonía del otoño y del invierno.


7. ¿Cómo describiría el Pirineo? ¿Qué tiene de especial, de mágico, de absorbente?

-Una cordillera todavía misteriosa en la que los lugares concurridos representan una parte minúscula. Hay agua muy clara en lugares perdidos, bosques callados, peñas rojizas y doradas: los colores, los colores del cielo, de las rocas, de la vegetación, colores que mudan con las horas y con las estaciones. Sitios para nadar en una poza transparente y, luego, tumbarse en la piedra a pensar que todo parece efímero menos el latido de la naturaleza.


8. Es dibujante, fotógrafo, hace cuadernos, escribe... ¿Qué le ocupa más espacio en las vacaciones?

-Este año el cuidado de mi nieta. También dibujo bastante y, como casi todos los veranos, dedico mucho tiempo a las obras, a la construcción: las casas de los pueblos siempre piden atención.


9. ¿Qué libro, qué cuadro, qué museo, qué película o qué canciones están asociados a un verano inolvidable?

Libro: no uno que leí, sino uno que escribí: ‘Pastores del Pirineo’. Verano de 1985, llegué agotado a las playas de Zumaya y el mar me dio fuerza y paz para acabarlo. Cuadro: los de Malevich. Verano de 2007: el descubrimiento de la pasión en busca de un orden para los colores y las formas. Museo: verano de 2000, Galve (Teruel): un anciano apasionado me explicaba con ojos brillantes la colección paleontológica que había llenado de ilusión los días de su vida desde la niñez. Películas: las que estoy viendo en este verano de 2012 para las clases de Historia del mundo contemporáneo del curso próximo. Redescubrir el cine con viejas películas sobre la Primera Guerra Mundial (‘Sin novedad en el frente’, ‘Senderos de gloria’…) o las revoluciones del siglo XX. Canciones: 1971, la dulzura de las canciones melódicas italianas para bailar bajo las estrellas en los guateques de la adolescencia.


10. ¿Cuál ha sido el gran personaje de sus veranos?

-De haber uno sería mitológico: la ninfa de la transparencia y de la frescura de las aguas en los ríos y los barrancos olvidados.


11. ¿En qué han cambiado los veranos con internet? ¿En qué ha cambiado el Pirineo?

-Para mí han cambiado poco: lo que más me atrae de los veranos tiene poco que ver con internet. El Pirineo se ha hecho más accesible para todos: desde internet se ofrecen informaciones y opiniones, imágenes, comentarios que conducen a sitios hasta ahora inéditos.


12. ¿Cómo resumiría en un ‘tuit’ el espíritu veraniego?

-La estación que promete días largos y luminosos para hacer realidad los sueños: esperanza verde y fresca de junio, melancolía tostada y ventosa de los últimos días de agosto.


13.¿Cuál es la mejor, la más extraña o sorprendente anécdota veraniega vinculada a su profesión?

-Verano de 1992. Madrid. Formo parte de un tribunal de oposiciones. El presidente, un poco tiquismiquis, agobia a los opositores con preguntas muy difíciles. Expone su tema un opositor viejo, menudo y sabio. Al concluir, el presidente, en su línea, le pregunta algo muy raro. Ningún otro miembro del tribunal conoce la respuesta. El viejecillo se acerca al tribunal, apoya sus manos en la mesa, mira fijamente al presidente y dice con calma: “Vaya, veo que al señor presidente le gustan los detallitos. Pues bien: el insignificante hecho al que usted alude sucedió el día… (y aquí cita una fecha concreta), en la aldea de… (y aquí ofrece el nombre de un lugar remoto de África); y tuvo como protagonistas a… (deletrea con parsimonia los nombres de ciertos personajes de los que nunca habíamos oído hablar) ¿Desea algún detalle más el señor presidente?”. Volví la vista a mis compañeros: en todas las caras se adivinaba la sonrisa de un regusto especial. La del presidente mostraba solo una mueca de soberbia pisoteada.