PROMOCIÓN

Una 'cañada real' hasta HERALDO

Doscientas ovejas desfilaron ayer por el paseo de la Independencia hasta las puertas de HERALDO. Se rodaba el anuncio de la campaña navideña de este rotativo, que comenzará a emitirse la próxima semana.

Una peculiar invitada se paseó por la redacción de Local de HERALDO
Una 'cañada real' hasta HERALDO
CARLOS MONCÍN

Puntuales a su cita, doscientas ovejas de pura raza aragonesa se presentaron ayer en las puertas de HERALDO. Los corderos, que protagonizan la campaña de Navidad de este diario, revolucionaron el paseo de la Independencia entre carreras, balidos y la sorpresa de los viandantes. "Para mí que estas ovejas saben latín. Están muy bien 'aprendidas', van todas junticas y no se despistan ni con los escaparates", comentaba María Pilar Lázaro, mientras intentaba que a su nieta Laura, de seis años y apenas un palmo más alta que los corderos, no se le salieran los ojos de las órbitas. A su lado, a Rupper, el perro de Juan de Santiago, la sorpresiva invasión ovina no le parecía tan simpática. El animal ladraba y ladraba y se desgañitaba, ahogando la discusión de un puñado de señores que, apoyados en el vallado, decían aquello de "pues en las caballerizas de mi pueblo"?

Poco antes de las 10.00 llegaba el tráiler de 15 metros que transportaba los animales desde la ganadería de Antonio Enfedaque, en Villanueva de Gállego. El camión en cuestión tenía tres pisos y los ungulados fueron descendiendo y contactando con un asfalto que no les daba mucha confianza. Arremolinadas, o más propiamente 'aborregadas', daban vueltas en círculos y balaban cada vez que alguien se acercaba a fotografiarlas con el móvil.

Responsables del Grupo Cooperativo Pastores montaron tres cercados y un pasillo de 120 vallas a lo largo del paseo, mientras los responsables de Márquetin de HERALDO y los profesionales de Factoría Plural, productora encargada de rodar el 'spot' televisivo, colocaban sus bártulos. Planos generales, tomas más cercanas, secuencias propias de David Lynch y, a todo esto, los corderos dejándose querer por las cámaras como auténticos profesionales. En la azotea de Puerta Cinegia, y por cortesía del pasaje comercial y de Ordisa, se filmaron unos planos más abiertos que abarcaban todo el paseo. Cuentan que luego, por obra y gracia de la tecnología y los milagros de la posproducción, los dos centenares de ovejas del paseo se multiplicarán por dos, por tres, y 'hasta el infinito y más allá'.

Concluidos 'los exteriores', la acción se trasladó al interior de la redacción de HERALDO, donde los pastores advertían: "Actuar con naturalidad. Las ovejas están inquietas y se excitarán aún más si perciben vuestros nervios". Tarde. El aviso llegaba tarde porque la redacción también era todo correteos, risas y aplausos, antes -incluso- de que llegaran 'los bichos'. Aún con algunos periodistas metidos a ayudantes de pastor indicando a los animales por dónde debían moverse, no hubo forma de evitar que una oveja díscola tirara un foco, diera algún que otro brinco o frunciera su lanudo ceño al verse reflejada en las cristaleras.

Contra estos y otros elementos -el 'rastro' que dejaron las ovejas en el paseo y en HERALDO estaba previsto y fue cubierto con una contrata de limpieza- se consiguió culminar un heróico rodaje, cuyos resultados podrán verse a partir del próximo fin de semana. Serán dos versiones de un mismo anuncio, una de 20 y otra de 40 segundos, las que configuren la campaña navideña de este diario, que sorprenderá a propios y extraños incluso más que las escenas berlanguianas que pudieron verse ayer en pleno corazón de la ciudad.