PROTECCIÓN DE DATOS

La ardua tarea de borrarse del ciberespacio

La facilidad con la que hoy en día se puede acceder a internet y el volumen de datos personales que circulan por la red es inversamente proporcional a la capacidad de los usarios de hacer desaparecer esa información cuando así lo creen oportuno.

Los datos que se introducen en internet son muy difíciles de eliminar
La ardua tarea de borrarse del ciberespacio
HERALDO

El "derecho al olvido", a desaparecer del 'ciberespacio' o a borrar voluntariamente el rastro que uno ha dejado en Internet comienza a ser reclamado por los usuarios, pero puede resultar una misión prácticamente imposible. Los expertos consultados coinciden: internet se ha convertido en una herramienta de comunicación casi imprescindible para millones de personas, pero su fácil accesibilidad se torna en compleja a la hora de 'desaparecer' de la red. Insisten, además, en la importancia de ser extremadamente cuidadosos con las informaciones, datos e imágenes que se suministran. Por ejemplo, el vídeo que un joven cuelga con veinte años bañándose desnudo en una playa de madrugada puede resultar divertido en su momento, pero volverse comprometedor años después.

El investigador Gonzalo Álvarez Marañón, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), incide en la importancia de diferenciar la "desactivación" de una cuenta o perfil, algo "relativamente" sencillo, de la "eliminación" o borrado total de ese perfil, lo que a su juicio puede llegar a ser "verdaderamente enrevesado". Este experto en criptología y seguridad de la información en el Instituto de Física Aplicada del CSIC dice que desactivar una cuenta no tiene "el más mínimo impacto" y que normalmente se vuelve a activar en el momento que un usuario vuelve a introducir sus claves o contraseñas; pero en el caso de la "eliminación" completa de un perfil, los pasos son más complejos. Sin embargo, este investigador plantea algunas dudas sobre la conservación de las informaciones o fotos que estuvieron 'colgadas' y sobre si las empresas que gestionan las redes sociales pueden o no conservarlas, y si de hecho lo hacen.

Con la extensión del uso de internet, las quejas también se han disparado. Muchas de ellas se canalizan a través de la Agencia Española de Protección de Datos, que ha observado que la mayoría se refieren a la difusión de información (normalmente fotografías) sin consentimiento.La última memoria de este organismo refleja que el pasado año el número de expedientes iniciados relacionados específicamente con servicios prestados por internet fue de 156. Dieciocho de esos expedientes se abrieron como consecuencia de 31 denuncias relacionadas con usuarios de las redes sociales Facebook y Tuenti, y la mayor parte de éstas se referían a la difusión de fotografías.

Fuentes de Tuenti -una empresa cien por cien española- aseguraron que esta red social "borra" por completo todo el rastro de una persona que ha sido usuaria de la misma pero ha querido cancelar ese perfil. Sin embargo, reconocieron que el nivel de exigencia no es el mismo en todas las redes. En ese sentido, la legislación española en materia de protección de datos es "muy garantista" para los usuarios.

El abogado Carlos Sánchez Almeida, especializado en Internet y en nuevas tecnologías, señaló que en España cada persona es dueña de su propia imagen, pero advirtió de que en numerosos casos pierden el control cuando introducen datos o imágenes en la red. Explicó que cualquier usuario puede pedir la retirada de los contenidos que él ha generado, pero hizo notar que éstos se "repican" en muchos casos hasta la saciedad, por lo que buscar ese rastro resulta una tarea "casi eterna" y eliminarlo una labor "prácticamente imposible". A su juicio, la clave está en extremar las cautelas, y en tratar de no facilitar ninguna información o imagen de la que uno se pueda arrepentir.