"Hoy en día, los actores tenemos una responsabilidad muy grande"

Dice Antonio Saura, director de Zebra -productora del telefilme 'El Gordo'- que le dieron el papel porque hizo unas pruebas "extraordinarias". ¿Fue para tanto?

Había muchísimas actrices y además el personaje tiene unos 16 años y yo tengo 30, así que te puedes imaginar lo extraordinarias que fueron. Tuve que trabajar mucho, porque no es un personaje fácil, está lleno de matices y es muy dramático. Un castin es algo muy rápido y la verdad es que no te da tiempo a desarrollar todo lo que da de sí. Pero es mi primera protagonista, y estoy contentísima.

¿Cómo es Paloma, su personaje?

Es una adolescente y tiene todo el conflicto de esa edad, agravado porque su vida no tiene unas condiciones fáciles: vive en un barrio duro, su pareja la maltrata a nivel psicológico y además se involucra en las drogas.

'El Gordo' narra lo que ocurre a una familia cuando gana un gran premio de lotería, ¿cómo encaja eso Paloma?

Ella ya tiene un conflicto interno, pero cuando llega el dinero, desencadena otro porque emprende acciones legales contra su familia para quedarse con el dinero.

Se basa en un caso real, ¿tuvo ocasión de conocerlo?

Sí, le ocurrió auna familia canadiense y acabaron bastante mal. Paloma murió cuatro años después de pasar esta historia. En Internet encontré bastantes imágenes de esa familia e investigué un poco, pero en el telefilme se ha hecho una adaptación a España. Lo estamos rodando en Carabanchel, aunque en él no se menciona un lugar exacto, y además se ha traído la historia a la actualidad. Todo el mundo se puede identificar con esta familia, es muy española.

Este verano ha estado haciendo teatro, ¿volverá tras el rodaje?

Sí, el castin me pilló de lleno en plena gira teatral con 'Mi primera vez', una producción de Pedro Larrañaga que espero retomar, en la que he conocido a Bart Santana, Javi Martín y Mar Abascal. Y dentro de tres o cuatro meses haré con Nancho Novo 'Sombra de perro', también en un papel protagonista muy bonito.

¿Y muy distinto de Paloma?

Sí, muy distinto, estoy supercontenta. Los actores somos especialistas en engañar un poquito. El de la obra de Novo es una mujer de su casa, de unos 38-40 años, relacionada con el campo y el pueblo. Me gusta porque me permite contar historias de mujeres como algunas que conozco, que me han enseñado lo que es la casa, la familia y la vida rural.

¿Y la veremos actuar en Aragón?

Ojalá. Yo soy superpesada y siempre digo: ¡Hay que ir a mi tierra! Me muero de ganas de actuar en el Teatro Principal de Zaragoza. Sigo muy unida a Aragón, he hecho un montón de cosas con Jorge Blas, Nacho Rubio, Miguel Ángel Lamata, Germán Roda, Cristina Palacín, Elena Cid... A mi madre ya le he dicho que me guarde un cachirulo y un trozo de ternasco para las fiestas del Pilar. Si puedo hasta me vestiré de baturra. Cuando el trabajo se pone tan intenso, echas de menos a los tuyos.

Sus raíces están en Aragón, pero lleva ya tiempo en Madrid...

Sí, mis padres y toda mi familia son de Zaragoza. Yo nací en Castellón, mi padre estaba destinado allí, pero a a los diez días nos trasladamos a vivir a Huesca y luego a Zaragoza, que es de donde me sentiré siempre. Me fui a Madrid en el año 2000, a estudiar Arte Dramático en la escuela de Juan Carlos Corazza. Y tuve mucha suerte, porque era difícil acceder, y además me fichó Katrina Bayonas, la representante de Penélope Cruz. Eso me abrió puertas.

Con Cruz y Adrien Brody rodó usted 'Manolete' en 2006, ¿no?

Sí, está en proceso de estreno aún. En la película tengo un personaje muy bonito, la hermana de Manolete, que tiene bastante arco porque aparece con 14 y con 40 años. Y no hace falta explicar el placer que produce trabajar con Brody y Cruz, o con Juan Echanove...

¿Por qué quiso ser actriz?

Me subí por primera vez a un escenario a los 4 años y fue la experiencia de mi vida. Hacía de árbol pero tenía texto, era como un cuento. Pero la primera vez que vi que esto servía para algo fue cuando alguien de mi familia estuvo enfermo y yo, al volver del colegio, le contaba historias y así se reía. Cuando actuas algo cambia para alguien, que es como un puente a poder soñar. Suena a tópico, pero hoy día los actores y todos los que nos dedicamos al arte tenemos una responsabilidad muy grande. Las cosas que pasan en el mundo hay que contarlas, no solo para el ocio -que también es importantísimo- sino también para denunciar cosas y que la gente tome conciencia.