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El eco del ruido de Aragón se diluye en el resto de España

Al margen del tremendo impacto mediático de la muerte de Labordeta, ocupamos un lugar discreto en España. Desde Madrid nos ven con paternalismo y desde Barcelona, como un territorio con el que hay que entenderse, a pesar de los litigios.

A Aragón no se le ve como un comunidad reivindicativa, excepto en materia de agua. No hace ruido ni es polémico. Se tiene la percepción de que es solidario". Esta es la impresión que transmite la periodista turolense de Radio Nacional en Madrid, Aurora Moreno. Como ella, otros periodistas aragoneses que ejercen su profesión en Madrid, Cataluña o País Vasco muestran en este reportaje la imagen que tienen los habitantes de estos territorios sobre Aragón.

Hay un denominador común en todos ellos: Aragón ocupa un lugar discreto en el conjunto de las autonomías del país. Desde Cataluña, Aragón es un territorio familiar. Los aragoneses no se diluyen tanto como en Madrid y sus ambiciones y proyectos son más conocidos. Para Milagros Pérez Oliva, defensora del lector de 'El País' y que trabaja en Barcelona, la impresión que predomina en Cataluña sobre Aragón es "muy positiva. Se valora su empuje económico".

Conflictos de vecindad

El optimismo de Pérez Oliva no es compartido por el periodista zaragozano, director de Onda Cero en San Sebastián, Félix Hereña. "Quiso asomar la cabeza -dice Hereña- con motivo de la Expo del Agua, pero casi es toda la comunidad la que naufraga en las aguas turbias de un evento que no se ha sabido o podido rentabilizar".

Por su parte, Javier Ricou, periodista de 'La Vanguadia', resalta que Aragón ha ganado mucho y ha dado un salto notable a la modernidad. En la misma línea, Juancho Dumall, director adjunto de 'El Periódico de Cataluña', afirma que "desde fuera, parece que Aragón está aprovechando sus posibilidades estratégicas -territorio, situación geográfica, una ciudad potente como Zaragoza, buena universidad o turismo- para ser una de las comunidades más dinámicas".

Pérez Oliva apunta que se pueden establecer sinergias de interés mutuo a pesar de los litigios pendientes con Cataluña. La periodista altoaragonesa ve con preocupación estos contenciosos por la "pretensión de convertir los conflictos de vecindad en elementos de afirmación diferencial que no son necesarios".

La posibilidad de establecer sinergias es vista de otra manera por parte de Santiago Costa, periodista natural de Campo (Huesca) y que es director del diario 'Segre' de Lérida. Costa contrapone "la habitual presencia de aragoneses en Lérida, consustancial al mismo carácter de la ciudad, y la provincia, como tierra de frontera", con "el Aragón oficial que se ve más bien poco y a más distancia que los 160 kilómetros reales que nos separan de Zaragoza". "Se desconoce bastante a Aragón, en parte por la tendencia de los catalanes a mirar más hacia sí mismos y de reojo a Madrid".

Para Costa, la falta de aprovechamiento de esta proximidad es consecuencia, en parte, "de los problemas puntuales que han ido surgiendo y que, en el caso de Lérida, están monopolizados por el litigio del arte diocesano".

Sea por este conflicto o no, la opinión de Juancho Dumall es que "por desgracia, los territorios compiten y los gobiernos gustan de mirarse al ombligo". Y Dumall pone el ejemplo de la información sobre la nieve porporcionada por TV3 donde más allá del Valle Arán "es el abismo". Algo que también ocurre en Aragón, pero al revés.

El pacto con Valencia

Y esta visión reducida a un territorio se observa en otros asuntos que inquietan a Aragón como es la Travesía Central de los Pirineos. "En Cataluña -dice el periodista jacetano Juancho Dumall- se habla del eje Mediterráneo, pero nada de la Travesía Central". Y la realidad que se intuye de una lectura de la prensa catalana es que Cataluña se está reencontrando con Valencia con la que proyecta políticas estatégicas conjuntas, dejando atrás antiguos recelos. Valga como muestra la reflexión realizada en mayo de 2010 por el sagaz analista de 'La Vanguardia', Enric Juliana, con respecto a la rectificación ante el desinterés catalán en 2003 por el eje mediterráneo: "Siete años después, necesitados de nuevos horizontes económicos realizables, el consenso viaja hacia el Este y casi nadie discute que el error de 2003 -que abría un gran foso entre valencianos y catalane- debe ser reparado".

Madrid y el resto del país

Y si así se ve desde Barcelona, desde Madrid, casi ni existimos. "En general, salvo excepciones muy contadas, la mayoría de los madrileños sigue teniendo la idea de Madrid y el resto del país. Ven a Aragón, Extremadura o Castilla-La Mancha con cierta simpatía, pero no se les toma en serio", explica Aurora Moreno. "Los madrileños -añade- sí que tienen conciencia de que se invierte poco en estos territorios. Creen que deberían estar mejor tratados, pero no es algo que les preocupe especialmente".

"Muchas veces -tercia el también periodista turolense afincado en Madrid, Alfredo Laín,- parece que Aragón existe solo en función de su relación con Cataluña". "En cuestiones políticas -dice Laín-, pintamos más bien poco, excepto cuando Aragón se ve enfrentada a Cataluña por algún motivo: los madrileños suelen escandalizarse con el término corona catalanoaragonesa".

Llama la ateción, en todo caso, que ningún periodista aragonés afincado en Cataluña habla de la polémica sobre la denominación de los Reyes de Aragón y del caso concreto de cuando la Genalitat se refiere al rey Pere II el Gran, en lugar del rey Pedro III el Grande. Un indicador de que las quejas sobre la interpretación histórica les traen al pairo a los medios catalanes.

Por su parte, José Pardina, director de 'Muy Interesante', afirma que "Aragón es una región querida, que siempre cae bien y nunca suscita recelos, ni sarcasmo, ni envidias". "Políticamente, y por lo que respecta al famoso pacto constitucional, Aragón -argumenta el periodista oscense- se percibe como una comunidad solidaria y afortunadamente alejada de los desvaríos soberanistas de algunos de nuestros vecinos".

Frente a cierto distanciamiento con el asunto por parte de periodistas como Milagros Pérez Oliva o Javier Ricou, José Pardina expone que "Aragón acierta, cuando menos, al denunciar injusticias flagrantes como los bienes eclesiásticos de las parroquias del Aragón Oriental". Ricou, que se muestra cansado de tanto "conflicto alimentado por el PAR y el PP con cierta dosis de anticatalanismo y al que se han visto arrastrados el resto de los partidos", considera que "muchos litigios son más políticos que ciudadanos". Cree que hay que buscar más encuentros y potenciar el acerbo conjunto. Recuerda cómo su periódico, 'La Vanguardia' , "ha procurado salvar escollos y criticar, si ha sido necesario, oportunismos como el del alcalde Hereu al proclamar la candidatura de las Olimpiadas de Invierno."

Existe '¿Teruel existe?'

Un último apunte, con tanta bulla que han dado los integrantes de 'Teruel existe', sus postulados, a lo sumo, suenan, como dice Dumall. Pero en Madrid, tan apenas se sabe nada del movimiento ni de sus reivindicaciones. Eso sí, apunta Alfredo Laín, si alguien los conoce "caen simpáticos".

Aurora Moreno abunda en el argumento al señalar que nadie cuestiona el derecho a unas mejores comunicaciones. "Ahora bien -matiza- cuando les planteas que las inversiones desde el Gobierno central no llegan, te dicen que es lógico, porque la utilización que se va a hacer de esas infraestructuras es insuficiente".

En una visión contextualizada, Enrique Serbeto, periodista altoaragonés que trabaja en Bruselas para 'ABC', insiste en que el escaso peso demográfico en una gran comunidad "constriñe nuestras posibilidades". A renglón seguido la réplica: "Las sociedades modernas son capaces de progresar incluso en condiciones mucho peores que la nuestra. La educación y la inteligencia hacen milagros en países que son más pequeños que Aragón, también sin salida al mar y con climas incluso más hostiles que el nuestro". "No estoy de acuerdo -sentencia Serbeto- en que el único camino sea el de la reivindicación sempiterna".