'¡Alto!', en el especial de 'Callejeros'

Este viernes desde las 21.30 horas, bajo el título de '¡Alto!', este programa especial de Cuatro quiere poner de relieve cómo los conductores arriesgan sus vidas y la de los demás por un simple descuido o distracción. El equipo de reporteros de 'Callejeros' ha recorrido las principales carreteras del país en compañía de los agentes de tráfico y asistencia sanitaria para comprobar que ni las cuantiosas multas ni la retirada de puntos del carnet de conducir han conseguido disuadir a los conductores.

La distracción más frecuente al volante es hablar por teléfono móvil, hecho que multiplica hasta por cuatro el riesgo de sufrir un accidente de tráfico y por tanto el número de víctimas. Otros factores de riesgo son la utilización de pantallas de acceso a Internet, navegadores o aparatos de música.

¿Cómo se puede meter un caballo dentro de un coche? No se trata del argumento de un chiste cualquiera. Es el balance de un trágico accidente de tráfico en el que se vieron involucrados tres caballos y un automóvil. Ocurrió en Sevilla y los tres animales resultaron muertos. Uno de ellos, sorprendentemente, acabo en el interior del automóvil sin que por el momento hayamos encontrado explicación alguna sobre esta extraña circunstancia y sin que el animal utilizara la puerta para entrar en el turismo.

A continuación, un nuevo reportaje, en esta ocasión, 'Callejeros' hace el Camino de Santiago. A partir de las 22.30 horas. Desde el año 813, millones de personas de todo el mundo han peregrinado a Compostela. Recorren cientos de kilómetros a caballo, a pie o en bicicleta para llegar a la plaza del Obradoiro donde acaba el camino y donde se abraza la imagen del Apóstol Santiago y se dan tres cabezazos en el Pórtico de la Gloria.

Callejeros recorre casi 900 kilómetros de camino desde Roncesvalles, en los Pirineos. Hospitaleros de siempre ofrecen al peregrino comida, bebida y un lugar donde pasar la noche acompañado de decenas de personas. "Todos roncan" avisa Jesús, mientras invoca a las meigas gallegas junto al fuego.

Tomás, el Templario, les recibe con espadas; Marcelino, el de la locura, con un puñado de cerezas "gratis, porque el camino se ha prostituido" y Pablito, el Varas, les enseña a caminar a pesar de las ampollas y las quemaduras que sufren la mayoría. Ya en Santiago todos lloran, comprueba Juan Carlos, el Zapatones: acaba el Camino a Santiago pero empieza el verdadero camino.