'Mrs. Davis', una serie tan libre como alucinante

Sorprendente y entretenida, la nueva obra de creador de 'Perdidos' y 'The Leftovers' sigue los pasos de una monja que quiere destruir una inteligencia artificial

Fotograma del tráiler de 'Mrs. Davis'
Fotograma del tráiler de 'Mrs. Davis'
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La cantidad de títulos que se han estrenado estos días es una locura, compitiendo y contraprogramándose en la oferta de una misma plataforma. Muchas referencias van a pasar absolutamente desapercibidas, a pesar del dineral que se han podido gastar en la producción. ¿Alguna serie que me pueda sorprender? ¿Algo decente que poder ver después de un día complicado? Sin duda, para contestar estos días a esta pregunta que solemos lanzar a la ligera en las redes sociales, hay una respuesta clara: 'Mrs. Davis', disponible en el menú de HBO Max.

Lo último de Damon Lindelof, un guionista imparable que formó parte de las filas de los creadores de 'Lost', escribió la reivindicable e incomprendida 'Prometheus' y perpetró la exultante versión serializada del cómic 'Watchmen', una genialidad cuya trama se adelantó a algunos tristes acontecimientos de nuestra civilización -manteniendo el espíritu del tebeo de Alan Moore y Dave Gibbons-, apunta a figurar en los primeros puestos de la lista de lo mejor del año.

Es original, atrevida y vuela libre, con la capacidad de asombrar en cada capítulo con personajes delirantes con los cuales empatizar y situaciones que huyen de lo previsible en pos de la aventura. Una monja de armas tomar se emplea a fondo para destruir una inteligencia artificial, un tema de plena actualidad, que domina el mundo en silencio. Para cumplir con su ardua gesta debe encontrar primero el Santo Grial. Por el camino se topa con Jesucristo, que trabaja en un kebab; una célula de resistencia digna de un tebeo de Ibáñez, cuyas maniobras orquestales resultan rocambolescas; un grupo de nazis que también quieren apoderarse del tesoro para sus oscuros fines, faltaría más; una hermandad de mujeres que custodian el activo y están dispuestas a todo con tal de salvaguardar su integridad; un científico loco aislado en una isla emulando a Tom Hanks, por apellido Schrödinger -por supuesto, tiene un gato-; y mil y una locuras más.

La introducción de 'Mrs. Davis', un prólogo sensacional que engancha, de entrada, y permite dar un vuelco a la trama varios episodios después, deja nítido el tono de la serie, nada fácil de sostener, fusionando géneros. Que la historia aguante el tipo es una virtud encomiable. Hay ramalazos de Monty Python y un humor irónico, a ratos tontorrón, empapa cada secuencia, donde irrumpe cierto surrealismo sin molestar, más bien todo lo contrario: puede recordar a 'Predicador', la adaptación del cómic, o a 'Dirk Gently', tristemente cancelada tras dos temporadas fantásticas.

Además, logra inquietar cuando toca. Los momentos en los cuales la hermana casada con Jesús, quien le encomienda curiosas misiones bajo el mandato de "el jefe", a quien nunca vemos, habla con la IA, remite a 'La invasión de los ladrones de cuerpos'. Es escalofriante cómo se comunica la gran villana, que da nombre a la serie, a través de un pinganillo en la oreja que hipnotiza a los simples mortales.

Lindelof, aliado en esta ocasión con la guionista Tara Hernández ('The Big Bang Theory', 'El joven Sheldon'), escribió junto a Nick Cuse el guion de 'La caza', un caramelo de Blumhouse, productora especializada en cine de terror -acaba de estrenarse 'El club del odio', directamente en Filmin, dando mucho de qué hablar-, donde varios desconocidos se despertaban en un bosque, totalmente desorientados, e iban cayendo uno a uno en manos de unos excéntricos desalmados, un grupo de ricachones aburridos.

Horror y política, con dobles lecturas y unos diálogos punzantes, se daban la mano en una comedia macabra protagonizada por Betty Gilpin, quien ya brillase en 'Glow' y aquí encarna extraordinariamente a la religiosa que no acepta nunca que los planes salgan mal. Con el ceño fruncido, nada puede pararle, por muy estrambótico que sea.

Un relato imparable

Ahora que copa los medios la huelga de los guionistas en Hollywood, confirmando que es la especie más maltratada del sector audiovisual, a pesar de que las ideas son lo primero, una serie como 'Mrs. Davis' llama la atención poderosamente, con una premisa disparatada que funciona y permite dar giros sensacionales a un relato que va creciendo imparable, con un casting a la altura de unos roles deliciosamente excéntricos (David Arquette, Margo Martindale, Jake McDorman, Andy McQueen, Katja Herbers...).

Hay misterio 'in crescendo', instantes absurdos que no dejan indiferente y un sentido de la narrativa inspirado y nada encorsetado. La libertad creativa es necesaria para emocionar y maravillar al espectador acomodado. Necesitamos que nos desconcierten, que nos atrapen, que nos incomoden, nos conmuevan y nos impresionen como público. En ese sentido, una ficción como 'Mrs. Davis' es algo más que un simple juguete para matar el tiempo y toda una novedad en una parrilla que parece agotada.

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