Marc Marginedas vuelve al lugar donde estuvo cautivo en 'Retorno a Raqqa', un documental que narra la dramática experiencia que vivió junto a otros periodistas secuestrados como él durante la guerra de Siria y que sufrieron el terror de los 'Beatles', una célula de Estado Islámico especialmente cruel. "He podido volver y enfrentarme a lo que viví para dar carpetazo", ha dicho el periodista de El Periódico, tras el preestreno en Barcelona del documental, que llega a los cines mañana.

Han pasado nueve años desde que Marginedas fue secuestrado, durante los que ha evitado hablar demasiado del tema porque "el postsecuestro ha sido duro y no quería que el Marc secuestrado se comiera al Marc periodista", dice. Finalmente se ha decido a contar la historia a su amigo y director de documentales Albert Solé, "porque sabía que él haría un trabajo de calidad y respetaría ciertos límites".

En la película, Marginedas viaja a Raqqa, la ciudad a orillas del Éufrates donde está el idílico chalet que los secuestradores convirtieron en una casa del terror durante el tiempo que esta localidad siria fue la capital del 'Califato'.

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El edificio ya no está en pie, lo ha destruido la guerra, pero ahí siguen el río por el que más de una vez pensaron en escapar y los campos y pueblos que finalmente renunciaron a atravesar corriendo, convencidos de que vestidos como iban, con monos naranja como los de los prisioneros de Guantánamo, su huida iba a fracasar.

Del chalet solo quedan las ruinas, pero los recuerdos de Marginedas siguen muy vivos y lo que más le duele es pensar en los compañeros con los que compartió celda y que acabaron decapitados. "Cuando murió Steve Sotloff no fui capaz de llamar a su familia para darle el pésame porque yo era la prueba viviente de que su hijo se podría haber salvado", ha recordado Marginedas.

Los padres de Sotloff, con los que Marginedas tiene una estrecha relación, dan su testimonio en el documental, como también lo hacen algunos de los periodistas que consiguieron sobrevivir: el español Javier Espinosa, el danés Daniel Ottosen y el francés Pierre Torres.

Espinosa cuenta que estaba con otro español, Ricardo García Vilanova, cuando Marginedas llegó a su celda y los tres se abrazaron, convencidos de que juntos sería más fácil sobrellevar la situación. Lo que no sabían en ese momento es que pronto todos los extranjeros pasarían a estar custodiados por los 'Beatles' y que lo peor estaba por llegar.

El documental, que ha dirigido Albert Solé junto a Raúl Cuevas, utiliza la animación para recrear los momentos más duros, en una acertada decisión que permite transmitir el dramatismo de la situación sin caer en el sensacionalismo.

"No puedo negar que pasar por una experiencia así deja secuelas -ha confesado Marginedas-. Una de ellas es el sentimiento de culpa y, quizás, mi manera de redimirme es buscar justicia y seguir ejerciendo el periodismo". Uno de los miembros de los 'Beatles', apodados así porque se habían criado en Gran Bretaña, fue abatido por un dron en 2015, y los otros han sido detenidos, juzgados y encarcelados. "Me alegro de que los autores de estas atrocidades hayan sido juzgados, pero creo que todavía hay responsabilidades por depurar", ha afirmado Marginedas.

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En su opinión, los regímenes de Damasco y Moscú tomaron medidas que incentivaron la radicalización de la insurgencia y lamenta que haya cosas que "han quedado ocultadas". "Este documental no habla sólo de lo que nos pasó a nosotros hace nueve años, también habla del sufrimiento de la población atrapada por la guerra, que es mucho mayor que el nuestro, y aborda temas importantes que están vinculados con la actualidad y que tienen que ver con lo que está pasando ahora en Ucrania", ha concluido.