Nacho G. Velilla: "El drama es de reacción inmediata, creo que la comedia deja más poso"

El zaragozano estrena en Prime Video 'Mañana es hoy', una divertida cinta familiar con viajes en el tiempo con Carmen Machi y Javier Gutiérrez.

Nacho G. Velilla.
Nacho G. Velilla.
Jerome Favre/Efe

Nacho G. Velilla (Zaragoza, 55 años) jamás le ha sido infiel a la comedia. Desde que en 1999 alumbrara '7 vidas', el responsable de cintas como 'Que se mueran los feos' o 'Villaviciosa de al lado' no ha parado de buscar la carcajada del espectador porque está convencido de que haciendo reír "se puede llegar más lejos con la crítica". El padre de 'Aída' estrena ahora 'Mañana es hoy' en Prime Video, un divertido largometraje en el que un matrimonio, formado por Carmen Machi y Javier Gutiérrez, y su hijo viajan de 1991 a 2022.

¿Cuál es el germen de esta historia?

Hay dos factores, primero el del Nacho espectador en su adolescencia. Yo crecí viendo películas como 'Regreso al futuro', 'Los Goonies', 'La princesa prometida'... Eran cómicas pero tenían elementos fantásticos, de thriller, drama... y los mezclaban de una forma muy interesante. Luego el tiempo y la realidad de la producción española te hacen ver que esas películas son muy complicadas por presupuesto, porque necesitas actores que sepan viajar entre tantos géneros diferentes... Pero seguí con esa idea en la cabeza. Segundo, a nivel creativo nos dimos cuenta de cómo había cambiado este país en treinta años a nivel social, tecnológico... Cambios de los que yo, que los he vivido, ni me había dado cuenta.

¿Qué es lo que más le impactó?

Algo muy evidente es la tecnología. El móvil y las redes sociales han cambiado nuestra forma de relacionarnos y han hecho que la vida sentimental y sexual de las personas ya no sea la misma. Pero a mí también me impactó mucho pensar en mi madre, mi abuela y mis tías y en cómo serían ellas en una sociedad donde se les dan más oportunidades y más papel y donde pueden expresarse de forma más abierta y hubieran brillado más. Intentamos plasmar todo eso a través del personaje de Carmen Machi.

¿Cree que el público más joven se puede perder parte de la comedia?

Creo que no. Sí que nos ocurrió con los actores jóvenes que se sorprendían con algunas escenas como cuando el señor recoge la caca de perro. Nos decían: "¿Pero esto no se hacía antes?". No daban crédito, se maravillaban. Y luego se abrió un debate muy divertido en guion y durante el rodaje acerca de si preferíamos vivir en 1991 o en 2022. Creo que quedo al 50% (ríe).

Si le diesen la oportunidad, ¿preferiría viajar al pasado o al futuro?

(Reflexiona). Creo que al pasado, para intentar ser mejor persona con personas a las que yo he querido mucho, poder hacerlas más felices. Es un poco el 'leit motiv' de la película. En los últimos años perdí a mi madre y a mi tía y siempre te quedas con un "y si les hubiera dicho y hecho esto". Me gustaría contarle más cosas de mí a mi madre con lo que yo sé ahora de ella (ríe).

Después de tanto 'revival' ochentero, ya tocaba contar historias ambientadas en los noventa, ¿no?

Sí. En los ochenta culturalmente las tendencias estaban muy localizadas y marcadas, estaba el punk, la nueva ola y parece que no había más. Los noventa son grandiosos porque había de todo, estaban marcados por el hedonismo y las ganas de hacer cosas diferentes, no por las modas. Pero es complicado trabajar en una línea temporal tan cercana porque el espectador ya lo ha vivido.

Las cosas han cambiado, pero no todo ha ido a mejor.

-Sí, esa es la impresión que nos da. Socialmente, hemos ganado mucho, por ejemplo en el papel de la mujer; pero en otros aspectos como el mundo laboral no y es una realidad que estoy conociendo a través de mis sobrinos a los que les hacen contratos por una semana. En los trabajos de mis padres eso era impensable, tu trabajo era para toda la vida. La desprotección que hay hoy me parece bastante injusta y decidimos que la comedia era una buena forma de dar una hostia (ríe).

Siempre ha hecho comedia. ¿Qué tiene el género que no tienen otros?

Me parece que a través de la comedia puedes llegar más lejos en las críticas. En el drama das enunciados que son obvios o lugares comunes, una comedia emocional te permite reflexionar más. Tiene dos tiempos: la estás viendo y te estás riendo, pero cuando sales dices: «¡Hostia!». Nosotros hemos hecho una película que parte de la ciencia ficción, pero no nos metemos en temas de líneas temporales y universos paralelos, sino asuntos como las segundas oportunidades. El drama es más de reacción inmediata, pero creo que la comedia deja más poso.

Dio sus primeros pasos en la televisión. ¿Le apetece volver?

Volveré. Estoy preparando una para una plataforma en EE UU. Llevo dos años escribiéndola. Lo que no me gustaría, y voy a parecer un poco egoísta, es que tengan una vida tan larga como '7 vidas' o 'Aída', donde estuve nueve o diez años en cada una (ríe).

Un éxito así, ¿destroza física y mentalmente?

Sí, porque además la comedia es muy difícil de escribir y dirigir. Yo estoy muy orgulloso de '7 vidas' porque aprendí todo allí, pero llevar a cabo semanalmente un guion de 45 minutos de comedia, con un ritmo de gags cada cuatro líneas, y temporadas de 26 capítulos, con años de 39 episodios... '7 vidas' la terminamos porque yo, personalmente, le dije a Paolo Vasile que no podía más.

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