PERIODISMO. COMUNICACIÓN

Muere Teo Lozano, un gran reportero de investigación que se forjó en Teruel

Trabajó en RTVE, ‘El Periódico de Aragón’ y ha sido director de varios programas de actualidad, tertulia y sucesos en Antena 3 y Atresmedia

Teo Lozano fue un periodista de oficio, entusiasta, optimista, un rastreador de historias. Aquí lo vemos en el programa 'Más vale tarde...'
Teo Lozano fue un periodista de oficio, entusiasta, optimista, un rastreador de historias. Aquí lo vemos en el programa 'Más vale tarde...'
ATRESMEDIA.

Ryszard Kapuscinski ha dejado una frase quizá para la eternidad: “Para ser buen periodista hay que ser buena persona”. Y esa es una de las frases que mejor se ajusta al perfil y a la personalidad del reportero de investigación y subdirector de programas de actualidad de Atresmedia Televisión, Teo Lozano, que fallecía el domingo. Era un valenciano que se había forjado en Aragón. En la productora había sido, también, director de programas informativos, y dirigió espacios como ‘Como la vida’, que condujo Alicia Senovilla en Antena 3, y ‘El lugar del crimen’. Fue subdirector del magacín ‘Ahora’ y jefe del equipo de investigación de ‘La Central’, produjo 'En tierra hostil', entre otros cargos y actividades.

Teo Lozano fue, ante todo, un periodista de raza que se forjó en la corresponsalía de RTVE-Aragón en Teruel, donde hacía un sinfín de reportajes, daba noticias y descubría historias, personajes y hechos. Le gustaba descubrir historias humanas y contarlas en dos o tres minutos: Teo Lozano (y otros periodistas de otros medios) se empeñaron en demostrar que Teruel existía. Por su dedicación turolense recibió un premio de la Asociación de la Prensa de Aragón. Por entonces, su mujer Mercedes Ferrer llevaba la farmacia de Bronchales, y allí Teo se reveló también como un enamorado de los paisajes turolenses. Si algo le emocionaba era hablar de aquellas sierras: Bronchales, Orihuela del Tremedal, Albarracín, etc. Allí, un hombre esencialmente urbano había descubierto el paraíso y quería contarlo.

El 22 de octubre de 1990, cuando se abrió ‘El Periódico de Aragón’, allí estaba en la sección de Aragón y se dedicó a lo que más le gustaba: dar noticias. Buscarlas. Rastrearlas con instinto y una mirada siempre humanista. Allí se entendió a la perfección con periodistas como Roberto Miranda y Mariano Gistaín, y le atrapó, entre otros asuntos, el caso del crimen de Arguis. Se curtió en el periodismo de sucesos sin dejar de lado una de sus principales características: la ternura. Mariano Gistaín, colaborador de HERALDO, lo recuerda así: “Teo Lozano era muy bueno. Divertido, vitalista, simpático y muy listo. Y le encantaban las exclusivas. Siempre buscaba una. Tenía contactos en muchos sitios. Hablábamos a menudo. En los últimos tiempos se había ido a vivir a Valencia. Recuerdo una cosa muy curiosa: fue la primera persona que me habló de la novela ‘El olvido que seremos’ de Héctor Abad Faciolince. Era un gran lector; siempre leía muchísimo, pero con las bajas que tuvo por el cáncer, mucho más”.

“Teo Lozano era muy bueno. Divertido, vitalista, simpático y muy listo. Y le encantaban las exclusivas. Siempre buscaba una", dice uno de sus mejores amigos, Mariano Gistaín

Más tarde, abandonó Zaragoza se trasladó a Madrid. Y allí inició una intensa carrera en diversos programas a la vez que colaboró en el diario ‘Levante’. Defendió siempre la pluralidad, el arte de contar historias con rigor, la búsqueda de la verdad. El mensaje del ‘Equipo de Investigación’ (en cuya fundación participó) en Twitter no exageraba un ápice: “Hoy nos ha dejado Teo Lozano, maestro del periodismo de investigación”. 

UNA NUEVA AVENTURA EN ANTENA 3

Cuando dirigió ‘360 grados’ en Antena 3, un programa de tertulianos (él también ha asomado muchas veces a la pantalla para opinar de diversos asuntos en Antena 3 y La Sexta), dijo a ‘El País’: “Queremos sentar en la mesa no sólo a opinadores todoterreno, sino a gente con conocimiento en la materia. La gente se quita horas de sueño, pero se va a la cama sabiendo cosas. Los periodistas dan más juego. Porque los políticos están pendientes de su línea, de las ideas que les marcan. Un periodista es más anguloso. Además, hay periodistas que suponen un plus, porque el espectador se identifica con ellos”. En 2008 firmó con Goya Ruiz el libro ‘Carmen Cervera. La baronesa’.

Fue un tipo incansable, luchador, un ‘sabueso’ clásico del oficio, en la línea de José Martí Gómez o Manuel Leguineche, a los que admiraba. Contagiaba ilusión y sabía formar equipos. Ramón J. Campo recuerda que facilitó muchos contactos para que se pudiese hacer el reportaje sobre el Yak-42, que dirigió Tania Estévez. Tenía un gran sentido del humor, su estado natural era el de la inclinación a la risa. Jamás perdió de vista Aragón o su Teruel tan querido; solía veranear en Bronchales. Llevó el cáncer con suma discreción. 

La última vez que lo vi hace un año fue en Valderrobres con su mujer Mercedes: había venido a pasar unos días a su querido Teruel porque “me cariño de la provincia”. No se había olvidado de nadie: era como si no pasase el tiempo. Tenía Aragón en la cabeza: los medios de comunicación, los periodistas, la política y los innumerables amigos que había dejado en todas partes. Muchos de ellos, aquí, en Madrid, en Valencia o distintos lugares del país lloran su temprana muerte muy sinceramente.

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