Por
  • Ana Elduque | Catedrática de Química Inorgánica de la Universidad de Zaragoza

Una visión de la economía aragonesa

Una visión de la economía aragonesa
Una visión de la economía aragonesa
H. A.

Hace una década la economía mundial entró en una senda de crecimiento, ralentizado por la covid. Aragón, tras el fin de la crisis financiera y el retorno a los equilibrios  macroeconómicos, también participa de este proceso.

El motor industrial de Aragón, Opel, se ha visto envuelto en dos cambios sustanciales. En un primer lugar, tras su adquisición por el grupo PSA, Figueruelas deja de ser cabecera en España de una automovilística. Aunque en el imaginario zaragozano todavía perdure la GM, existen dos plantas del grupo en España y otra en Portugal, siendo una la sede ibérica. Con posterioridad, PSA se ha fusionado con FCA para crear el grupo Stellantis. Estas fusiones consolidan al grupo franco-italiano como uno de los grandes, pero la pérdida de peso específico de Figueruelas es notoria. Todas las compañías ‘miman’ a sus ‘headquarters’, menos propensos a deslocalizaciones. La lucha de Figueruelas es la competitividad interna. La puesta en producción de vehículos eléctricos es una buena señal, pero hay nubarrones, como la escasa consideración de la propuesta de una planta de baterías para los EV. El peso de Barcelona y el apoyo del grupo VW son factores difíciles de superar. No hay que ocultar a la sociedad aragonesa esta realidad empresarial.

Otra estrella es Amazon. Su apuesta por Aragón es de gran trascendencia, pero una única compañía, aunque muy conocida, no es la panacea. Amazon no hará propaganda de Aragón. Lo que le importa a la gente es que le traigan su paquete, no de dónde. Pero sí es un aliciente para desarrollar conocimiento y logística. Es una oportunidad que debemos aprovechar. Incluso puede tener una segunda derivada: el aeropuerto de Zaragoza, como aeródromo de mercancías. Es el segundo de España en carga y la nueva actividad ampliará su ocupación. Y si aumenta el tráfico aéreo, lo hará el terrestre, lo que exige aumentar la inversión en FFCC y en carreteras de alta capacidad. Caudé todavía no ha podido aprovecharse significativamente, y aun así ha sido capaz de ser una de las estrellas de desarrollo en Teruel. El tráfico de pasajeros, muy ligado a vuelos chárter, no tiene unas perspectivas tan halagüeñas.

El resto de sectores industriales han tenido un comportamiento muy aceptable. Las exportaciones, incluso en 2021, se mantienen a un gran nivel, pero en gran medida son producto de la actividad de Opel y de BSH. Las pymes todavía tienen muchos hándicaps para que sus exportaciones nos hagan conocidos al otro lado de los Pirineos. El País Vasco entendió que los mercados exteriores diversificados son la mejor forma de resistir las crisis.

"Aragón presenta una estructura económica con fuerte peso del sector industrial, lo cual es un estímulo para la generación de conocimiento en actividades I+D+i"

Aragón presenta una estructura económica donde el peso del sector industrial es fuerte. Nos acercamos a estándares europeos, lo cual es una fortaleza, pero sobre todo un estímulo para la generación de conocimiento a través de actividades de I+D+i. Las universidades, las Administraciones y los emprendedores deben tomar buena nota de quiénes son los clientes a los que hay que cuidar.

Un sector que genera grandes expectativas es el farmacéutico. La segunda planta de Becton Dickinson y la creación de un polígono especializado en San Mateo de Gállego alrededor de Certest Biotec son ejemplos de ello. Pero esta actividad requiere infraestructura adecuada, material y humana. La oportunidad está ahí. No la perdamos, como ocurrió con el intento de crear un sector aeronáutico hace algunos años.

Pero si hay una actividad a la que estamos obligados es la agroalimentaria. Aragón es una potencia agropecuaria. La implantación de Bon Àrea en Épila es un buen comienzo, con muchos puestos de trabajo creados cuando el proyecto finalice. Esta actividad puede aportar algo incluso más valioso. Se desarrolla en toda la geografía regional. Los sectores del porcino, del vacuno, de la fruta, cereales y hortalizas no están localizados en los polígonos de la capital. Hace falta que la transformación se produzca in situ para que crear riqueza y combatir la despoblación. Binéfar, Calamocha, La Almunia… reúnen el atractivo necesario. Lo mismo podemos afirmar del sector vinícola, donde Barbastro, Borja, Calatayud y Cariñena demuestran su capacidad de superación con una oferta que mejora día a día.

En el turismo, encontramos luces y sombras. La cara es el éxito de algunas zonas, como el Pirineo. Huesca, pleno de ocupación estival. En cuanto al invierno, su dependencia de la nieve es alta, pero el sector presenta buenas perspectivas, a pesar de las amenazas del cierre de Candanchú y las dudas sobre la ampliación de Cerler por Castanesa. Se precisan infraestructuras, pero Jaca, Biescas y Benasque son localidades cuyo futuro es más prometedor que antes. En Teruel, el turismo rural y la belleza de sus pueblos y paisajes son atractivos cada día más demandados. La cruz la encontramos en Zaragoza capital. Este año, el turismo nacional ha suplido la falta de visitantes extranjeros. El Cantábrico, Asturias en particular, se ha convertido en un destino de alta demanda. Pero Zaragoza no consigue despegar. Los atractivos de la ciudad son desconocidos para muchos compatriotas y la ciudad ha vuelto a estar desierta. Basarse en el turismo mariano, o concentrar a los visitantes en eventos como el Pilar o la Semana Santa es insuficiente. ¿Han preguntado a gente de fuera de Zaragoza si saben qué es la Seo o la Aljafería?

Este desconocimiento se refleja en la escasa pujanza de nuestro comercio y de nuestra oferta hostelera. Hay que venderlas. Las autoridades tienen mucho trabajo por delante. El cachopo asturiano se ha convertido en un emblema de su región tan importante como la sidra. ¿Podríamos encontrar nosotros nuestro cachopo? Huesca ha mejorado sustancialmente su oferta gastronómica. El resto debe hacer lo mismo.

Si hiciéramos una encuesta en Madrid o en Zamora, muchas respuestas a la pregunta ¿qué museos importantes hay en Zaragoza? serían ‘no sabe/no contesta’. No pretendo un Guggenheim en Zaragoza, pero también tenemos cosas interesantes.

Los datos macroeconómicos no son malos. Nuestra renta es mayor que la nacional y el paro, menor. Los peores resultados los encontramos en la comparativa. Zaragoza y su área urbana pierden posiciones en términos de renta neta media y presentan un creciente desequilibrio entre barrios, lo que no es bueno para el desarrollo sostenible. Pero, en general, Aragón parte de una posición favorable.

Concluiré citando los retos que hay que abordar. Algunos son de largo recorrido y no se pueden solucionar en unos pocos años, pero existen y hay que tenerlos en cuenta.

El primero, el reto demográfico y la macrocefalia zaragozana. Son las actividades del territorio las únicas que pueden doblegar este problema. Transformación agrícola y ganadera, turismo sostenible, ocio, patrimonio y cultura son cosas que se hacen lejos de la plaza de Pilar. Si necesitamos el reequilibrio, Teruel mucho más tras el fin del monocultivo de la generación termoeléctrica y la minería.

He citado muchas actividades industriales y de servicios que requieren que los docentes formemos profesionales especializados. Ahora, la oferta no es suficiente. ¿Cuándo lo será? Cuando atraigamos a más estudiantes a los campus aragoneses de los que se van. Hoy, esto no es así. Pero para lograrlo hace falta un triple esfuerzo: el de la comunidad educativa universitaria y de FP; el del poder político, con apoyo financiero; y el del mundo empresarial exigiendo qué profesionales precisa de los centros educativos.

Otro aspecto es la necesidad de ganar peso político en el conjunto nacional. Somos pocos y nuestros votos también. Nuestras autoridades deben hacer un esfuerzo de presencia y hacer oír su voz. Los aragoneses tenemos fama de gritar al hablar y nuestra jota no se canta con una entonación ‘pianissimo’. Que ocurra lo mismo cuando estén haciendo su trabajo, es decir, representando a Aragón.

El deporte profesional aragonés es muestra de lo dicho. Con importantes éxitos y sonoros fracasos. Quedémonos con las dinámicas positivas y cambiemos para siempre las trayectorias destructivas. Esta tierra y estos ciudadanos nos lo merecemos.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión