¿Es posible sacar a España de los últimos puestos de Eurovisión?
En el concurso europeo de canciones más famoso del mundo concurren una media de 41 países cada año (39 esta edición).
España se ha convertido en la última década en vecina habitual de los últimos puestos en Eurovisión 2021, mientras algunos de sus vecinos, como Italia, Francia o Portugal, pelean por las primeras posiciones. Los expertos hablan: ¿qué se puede hacer para salir del fondo del pozo?
En el concurso europeo de canciones más famoso del mundo concurren una media de 41 países cada año (39 esta edición), pero "solo los diez temas que más le gustan a cada persona recibe puntos, y eso es básicamente lo que nos pasa a nosotros", comienza recordando Víctor Escudero, redactor en la web oficial del festival.
Conseguir una candidatura que perdure en el recuerdo es el objetivo para no dejar el marcador a expensas de las limosnas. Eso comienza con algún hito que provoque una corriente de credibilidad que haga valorar cada candidatura con otros ojos, como han conseguido Bulgaria, Rusia o Suecia.
"En Suecia también sentimos durante muchos años que no había forma de conseguir un buen resultado y, cuando aún buscábamos las razones, de repente ganamos con Loreen y las cosas empezaron a irnos muy bien", valora Martin Österdahl, el máximo responsable del festival como supervisor ejecutivo.
Con años de experiencia en la organización del Melodifestivalen (un fenómeno televisivo en Suecia que sirve para elegir la canción de Eurovisión), insiste en que "todos los países pueden tomar las riendas de su destino en el concurso trabajando con selecciones nacionales, con la producción del festival... y que los patrones que llevan a la victoria cambian con el tiempo".
"Eurovisión es un concurso. Siempre va a haber un ganador y todos los demás serán perdedores en distintas medidas", señala Escudero, pero no haber pasado en la última década del puesto 21 más que en dos ocasiones "da que pensar en si se está haciendo algo mal desde arriba en la elección de canciones".
La canción
Salvo casos recientes como el de Barei o Miki Núñez, España tiene tendencia a apostar más por los intérpretes que por las canciones y casi siempre bajo una noción de "lo que es eurovisivo". Lo hace RTVE cuando elige a su candidato de manera interna (Pastora Soler, Edurne o Blas Cantó) y lo ha hecho la audiencia cuando ha podido elegir (Amaia y Alfred en detrimento de "Lo malo" de Aitana y Ana Guerra).
"La clave igual no está en el artista, porque en ese sentido podemos estar contentos", considera Escudero, para quien "hay que seguir probando estilos", especialmente aquellos que funcionan en la música en español en el mercado internacional. "Igual el día que lo hagamos ya es tarde", previene.
De esa opinión es también José García, de la web de referencia Eurovision-Spain, que apuesta además por dejar el proyecto eurovisivo en "otros profesionales muy cualificados" de RTVE que pueden desarrollarlo "con criterio y con visión, sabiendo lo que puede funcionar y representar la música actual, no solo lo más comercial, sino lo que se hace en España de manera distintiva".
Conectar con el público
El periodista, que llevaría por ejemplo una electromuñeira como la de Taxungueiras (vean el tema "Midas"), piensa en profesionales asociados a otras marcas de RTVE como Playz, su portal de contenidos digitales dirigido a la generación Z, o de Radio3, la emisora de música alternativa por antonomasia en España.
"Como nosotros no tenemos un Melodifestival como Suecia o un San Remo como Italia, ideemos otras fórmulas, como hacen otras delegaciones", apuesta.
García es autor de un reciente artículo en el que analiza cómo la delegación búlgara ha basado su éxito en confiar la candidatura a un equipo creativo externo que someten sus propuestas a los llamados "focus group".
"A Eurovisión hay que llegar con algo testado, que sepas que funciona con públicos diferentes. Es fundamental no dejar la elección de la canción al azar o al capricho de alguien o pagar favores a autores, productores o discográficas", asevera.
En una charla con la jefa de la delegación española en Eurovisión confirma que en RTVE las decisiones las toma un equipo interno formado por diversos departamentos pero que "depende más del área de Entretenimiento", aunque como es bien sabido algún profesional de Radio3 ha colaborado ocasionalmente en la elección del tema.
Según añade, normalmente las canciones vienen de propuestas de las discográficas o de compositores. "Y cuando algún año hemos hecho procesos de selección doble (admitiendo también inscripciones más anónimas), ahí había un equipo amplio de RTVE y de otras personas, expertos musicales, para decidir", precisa.
Bordas subraya que es "complicado" encontrar artistas que quieran presentarse en España a Eurovisión. "Te da una promoción extraordinaria, pero a cambio has de trabajar muchos meses en ese proyecto y hay figuras consagradas a las que no les gusta que sea una competición", explica.
En su gestión, añade, "se está trabajando mucho con las discográficas para transmitirles que hay que hacer ese esfuerzo, porque Eurovisión tiene una audiencia de más de 200 millones, además de ser una experiencia profesional y personal única".
¿Cambiar el sistema de votos?
Con todo, habrá quien insista en pedir una modificación del sistema de votos para aliviar el peso que la amplia inmigración de algunas regiones tiene en el televoto.
"Es un tema recurrente de debate que va y que viene. Especialmente desde que los nuevos participantes del este de Europa se unieron al festival, ya se dijo que tenían ventaja por sus afinidades culturales. Pero en esta parte de Europa también tenemos esas afinidades en cuanto a los sonidos. Es parte del festival", considera Österdahl a este respecto.
A favor de su argumento están casos de países sin grandes lazos políticos o culturales que han logrado sostener de manera más o menos continuada en los últimos años una buena trayectoria o incluso ganar, véase San Marino, Chipre o las citadas Italia, Portugal y Francia, todos nuestros vecinos.
