"Portugal nos da mil vueltas en algunas cosas"

La periodista zaragozana Belén Lorente es desde hace año y medio corresponsal de RTVE en Lisboa

La periodista zaragozana Belén Lorente, corresponsal de RTVE en Lisboa
La periodista zaragozana Belén Lorente, corresponsal de RTVE en Lisboa
Toni Galán

Lleva año y medio en Portugal. ¿Ya sabe lo que es la saudade?

Sí. En marzo fui a Italia a informar sobre el coronavirus y a la vuelta nos obligaron a hacer cuarentena. Aislada... entendí el término saudade.

Una morriña, vamos.

La saudade es mucho más fuerte.

¿Cómo se ve Aragón desde el país vecino?

Con preocupación, por los datos sobre el coronavirus.

¿Qué hizo bien Portugal en la primera ola?

Actuar rápido. También es cierto que la epidemia llegó allí quince días más tarde. Se respetó el ‘deber de recogimiento’ y se controló el ocio nocturno: las discotecas todavía no han abierto allí. La mayoría de la gente llevaba mascarilla aunque no era obligatoria. No lo ha sido hasta antes de ayer.

La segunda ola está siendo dura.

Sí. Se están superando los 3.000 positivos diarios y el sistema sanitario no es como el de España. La mayoría de los pacientes están en vigilancia domiciliaria.

¿Por qué cambió la tranquilidad del centro regional de TVE en Aragón por la corresponsalía?

Empecé en televisión hace 20 años y me ha tocado hacer de todo. He sido redactora, jefa de informativos, directora del centro regional y luego redactora de nuevo. Cuando me ofrecieron ser corresponsal me lo tomé como un reto. Partía de cero, mi agenda estaba vacía. Pero he tenido suerte.

¿Cuál es su fórmula?

No la tengo. He intentado ser siempre Belén Lorente, la misma que empezó en Radio Zaragoza. Un día tu trabajo te sale bien y otros días no tanto.

¿Cómo es el trabajo de un corresponsal?

Imprevisible. Estás de guardia 24 horas al día y jornadas en las que aparentemente no pasa nada pueden complicarse mucho. Tengo trabajo todos los días, aunque no salga en el ‘Telediario’. También mando piezas a Radio Nacional, a ‘Parlamento’, a ‘Europa 2020’... Y ahora, con la pandemia, más.

¿Qué le ha enseñado Portugal?

Es un país muy cercano pero a la vez muy desconocido, aunque cada vez lo conocemos mejor. España ha mirado casi siempre más a Francia o a Italia, quizá porque se siente un país mediterráneo, y Portugal tiene un carácter más atlántico. Es un país maravilloso con costumbres fantásticas. A mí me ha servido para tomarme las cosas con más tranquilidad, me ha enseñado que muchas veces es mejor tomar un poco de distancia frente a las cosas o los problemas, porque ese tiempo que aparentemente pierdes al principio lo acabas ganando al final y todo sale mejor. En Portugal se hace un buen uso de la tranquilidad, de tomarse un café... Los portugueses son diplomáticos y muy educados, incluso cuando protestan en una manifestación. Quizá no sean los mejores conductores del mundo, pero son encantadores y saben escuchar, y eso es muy importante.

Su forma de hacer informativos de televisión, ¿es diferente?

Bastante. Tienen otra forma de contar las cosas. En España un directo en televisión no dura más de un minuto, pero ellos pueden estar tres. Las piezas informativas son más largas y pausadas.

¿Tenemos los españoles una imagen negativa en Portugal?

Yo creo que no.

¿Y los portugueses una imagen negativa en España?

Todavía hay tópicos, aunque creo que en Aragón menos que en otras comunidades. Mucha gente sigue viendo a Portugal como un lugar de veraneo barato o como un sitio donde se venden toallas. Y en algunas cosas nos da mil vueltas a España. Su capital, Lisboa, te enamora por su enorme movimiento cultural.

Saramago soñaba con una Federación Ibérica. ¿Es posible?

La veo complicada porque Portugal es un país centralista. Pero lo que es innegable es que hay un montón de puentes tendidos. España es el mejor cliente de Portugal, que ha firmado acuerdos económicos importantes con varias comunidades autónomas nuestras. Portugal y España están apostando muy fuerte por las energías renovables.

Madonna ha estado un tiempo viviendo en Lisboa. ¿La llegó a tratar?

(risas) No. Pero sí hice un reportaje con las batucadeiras que bailaban con ella.

Una vez que todo esto pase y volvamos a viajar, ¿dónde nos recomienda perdernos en Portugal?

Como lugares conocidos, yo recomiendo Évora o, sobre todo, Lisboa, que es una de las pocas capitales europeas donde te puedes encontrar en la misma calle todo una panorama de las distintas clases sociales. Hay que perderse en los barrios y colinas de Lisboa. Pero, si tuviera que perderme en un sitio menos conocido, iría a Viseu, cerca de la Serra da Estrela.

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