Iker Jiménez: "El demonio humano asusta más que cualquier misterio"

El presentador y productor de 'Cuarto milenio' asegura haber encontrado una «fórmula» para sobrevivir a la televisión.

Iker Jiménez acerca a Zaragoza los grandes enigmas de la Historia
Iker Jiménez
Cuatro

El coronavirus entra este domingo a las 22.45 en la nave del misterio de Cuatro. 'Cuarto milenio' aborda el caso "desde el punto de vista del ciudadano, que muchas veces tiene la sensación de que se le esconden informaciones", asegura Iker Jiménez (Vitoria, 47 años), que sigue al frente de un formato que este 2020 cumple 15 años en emisión.

-¿Es más crédulo o más escéptico con estos temas?

-'Cuarto milenio' lleva 15 años y siempre ha sido un formato distinto o alternativo. Es un programa de misterios clásicos, pero decir eso es como decir que Arguiñano hace cocina vegetariana nada más. Muchas veces soy más escéptico en lo que llamaríamos asuntos de medicina, genética, ciencia o criminología, que en los temas más de misterio, que parecen más fantasiosos. Cuando te metes, te das cuenta de que la desinformación es brutal.

-¿Qué le quita el sueño a Iker Jiménez?

-No hay nada que me dé más pánico que el comportamiento humano. Cuando uno se asoma un poco al mundo ve cómo estamos a veces en el imperio de la idiocia, de cosas desquiciantes o modas absolutamente banales. Y luego, evidentemente, hay ejemplos del demonio humano, que es el más terrible que existe. Me dicen que mi programa da miedo, pero para mí, en lo grande y lo pequeño, el demonio humano asusta más que cualquier misterio.

-¿Hay algo con lo que tenga pesadillas?

-Desde niño he sido un curioso del misterio, y eso me ha llevado a preguntarme por casi todo. He empleado el misterio como banderín de enganche para preguntarme desde los árboles a las estrellas, pasando por el cerebro o las ruinas. No hay límite, y algunos sí que me han producido obsesión, pesadillas, sueños recurrentes y muchas malas noches.

-¿Qué piensa al echar la vista atrás hasta 2005?

-Solo con decir el número basta. 2005 es como la prehistoria ya, y ahí estábamos nosotros con una patulea de estrellas, desde la más absoluta humildad y como programa menor. Nos dijeron: «Tendréis suficiente para trece programas, ¿no?». Llevamos desarrollados ya 2.500 temas. Encontramos una fórmula de cómo sobrevivir a la picadora de carne humana que es la televisión, donde a las dos semanas estás fuera. Estoy muy agradecido y me siento muy afortunado de que la gente me siga aguantando.

-¿Y si mira más atrás?

-Que he conseguido hacer lo que me gusta, y ese es el gran lujo y el gran mérito. Yo creo que aquel Iker Jiménez que cogía la bicicleta en Vitoria a los doce años para preguntar a los que habían visto un ovni con su grabadora y soñaba con poder contar estas cosas estaría muy contento. Donde despido el programa, que es un sitio un poco más íntimo, siempre está el primer libro que leí, con diez años, y que marcó mi vida profundísimamente. Lo tengo ahí para acordarme del chaval de la bici y no olvidarme de que la ilusión es lo que mueve realmente el mundo. Lo tengo como talismán, pero ya voy para el medio siglo y me veo un poco igual que en aquella época.

-Y también sigue jugando al fútbol y al 'Pro Evolution Soccer', y cantando en el coche.

-Sí, sí (risas). Soy un futbolero de toda la vida. Delantero malo, pero a día de hoy no me pierdo un solo miércoles de la liguilla que jugamos de fútbol 7. De hecho, estuve a punto de dejar el programa por eso. Me pusieron la grabación el mismo día que el futbol y me planté delante de la directiva y dije que me iba. Sabían que estaba loco, pero no tanto, y acabaron cambiando el día. Y con mi cuñado, igual que hace 25 años, jugamos al 'retrofútbol', que es de lo que más me divierte del mundo. Yo creo que hay que ser auténtico, y yo no he dejado de cantar en el coche, ni de jugar al fútbol, ni de hacer mis cosas.

-¿Cuál es el suceso más inexplicable que ha conocido?

-He estado en muchos sitios, pero el mayor misterio es que casi todo lo sea y que la gente no quiera verlo. La gran conspiración es alejar al ser humano del profundo misterio que tiene. Nos han hecho creer que es lo normal, y en cuanto indagas un mínimo te das cuenta de que es alucinante y que no le damos importancia. Los casos concretos valen menos que la sensación de que la vida es un misterio maravilloso, y me da mucha pena quien no lo vea así.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión