Documental
El laberinto de ‘Parchís, chís, chís’
¿Por qué cambiaron la ficha blanca? ¿Qué razones llevaron a Tino a dejar el grupo? Y, lo más importante, ¿quién se llevó los cientos de millones que facturó el grupo? Un documental en Netflix muestra la cara amarga del fenómeno musical, que terminó en gran pelea y ruina económica
Netflix estrena el documental de Parchís, el fenómeno musical infantil de principios de los ochenta, que generó cientos de millones de las antiguas pesetas y que culminó con los miembros del grupo sin dirigirse la palabra y, lo que es más sorprendente, sin saberse dónde fue a parar todo ese dinero. Dirigido por Daniel Arasanz, el documental traza un auténtico laberinto en el que se mezclan los ingredientes típicos de la explotación infantil en el mundo del espectáculo: padres que se desentienden de la educación de sus hijos, una discográfica acusada de bancarrota fraudulenta, representantes que amenazan y niños mimados.
Un laberinto del que, sin embargo, salen airosos sus protagonistas: Tino (ficha roja), Yolanda (ficha amarilla), Gemma (ficha verde), David (dado blanco) , Óscar y Franky (ficha azul en distintos momentos), que disfrutaron cada minuto del camino, que lograron llenar grandes estadios en España, México y Argentina y que vendieron millones y millones de discos. Sorprende del documental cómo pasa de puntillas por los asuntos más escabrosos: la dejadez de unos padres que apenas prestaban atención a unos hijos que pasaban diez meses al año a miles de kilómetros en largas giras por Latinoamérica; los consejos a Yolanda cuando tenía 14 o 15 años, de que evitara sentarse junto a determinados hombres por temor a que pudieran propasarse; el dinero no pagado y que llevó a la marcha de Óscar y la entrada de Franky, las madres de los fans, que incluso se escondían en la habitación de Tino, dispuestas a proponerle relaciones sexuales cuando éste apenas tenía 15 años...
Hay historias tiernas también, como la relación de amor entre David y una también niña Paulina Rubio, cuando Parchís compartía escenario con Timbiriche; el apoyo que mostraron a Tino cuando el vocalista sufrió un accidente de coche y le fue amputado el brazo izquierdo, y, sobre todo, el reencuentro entre todos los componentes del grupo, que reconocen sentirse ya como una familia en la que nada de lo que suceda puede romper los lazos.
Y quedan las canciones, algunas con arreglos espectaculares de Josep Llobell, detrás de éxitos como ‘Comando G’ o ‘La batalla de los planetas’. Un grupo que, con ‘El twist de mi colegio’, ‘Cumpleaños feliz’ o ‘Érase una vez el hombre’ arrasó en ventas y merece ser reivindicado.
