Mónica Carrillo: "Matías y yo somos muy aficionados a los chistes malos"

¿El tiempo lo cura todo?

No me atrevería a decir que lo cura todo, pero, desde luego, es un bálsamo que ayuda a aliviar el dolor, y aunque quede la cicatriz, el sufrimiento ya no es tan intenso.

¿Y qué locuras ha hecho Mónica Carrillo en los últimos tiempos?

Pues lanzarme a escribir es una gran locura. Yo estaba acostumbrada a escribir gracias al periodismo, pero no en ficción, y abrir esta nueva puerta ha sido un soplo de aire fresco.

Presenta ‘El Tiempo. Todo. Locura’. No debe tener rival al ‘Scrabble’, porque lo suyo es jugar con las palabras...

(Risas) La verdad es que jugaba mucho de pequeña y se me daba bien, sí. Me gusta mucho jugar con las palabras, las dobles lecturas, su musicalidad... Esto me ha abierto un mundo para poder disfrutar con el lenguaje.

Su libro condensa los microcuentos que ha publicado en Twitter durante cuatro años...

He lanzado ya 700, y estoy tan contenta como asombrada. El primer juego de palabras fue sin ningún tipo de pretensión, pero me animé gracias a los lectores.

El título escogido ¿ha sido el más retuiteado?

Es un microcuento que tuvo mucha aceptación. Es muy especial, porque ponía el punto y final a mi primera novela. Además, me permitía desglosar en tres bloques el libro: el tiempo, los recuerdos y el porvenir; el todo como cajón de sastre y como concepto, y la locura como amor y desamor.

Busca la musicalidad de las palabras, de hecho, algunas de sus letras ya suenan en canciones...

Jere, del grupo Improperios, aglutinó algunos microcuentos para el tema ‘El tiempo’. Ver que se pueden escuchar es maravilloso.

Con este libro, ¡ya tiene familia numerosa!

¡Sí! Paralelamente a los microcuentos escribí dos novelas, ‘La luz de Candela’ y ‘Olvidé decirte quiero’. Son muy emocionales, y este tercer libro es la vuelta al origen, el homenaje a mis primeros lectores de la red.

¿Prefiere la ficción a la información?

Me compensan ambas. Mi pasión es el periodismo y lo hago con ilusión, pero la ficción es la válvula de escape de la actualidad y del directo.

¿Se hace duro trabajar los fines de semana, cuando casi todo el mundo está de fiesta?

Te acostumbras a todo. Ir a contracorriente requiere de un esfuerzo, pero me permite estar en contacto con los lectores, viajar... Tengo ciertas ventajas.

¿Cuál es la noticia que más le ha gustado dar?

El fin de ETA, el cese de las armas definitivo. Fue una noticia que llevábamos mucho tiempo deseando dar.

Ya son ocho años compartiendo mesa con Matías Prats. ¿Cómo resiste a sus chascarrillos en directo?

Lo llevo bien porque tenemos mucha complicidad, y el sentido del humor nos ayuda a desdramatizar situaciones de tensión. Yo tengo un gran sentido del humor, él también, somos muy aficionados a los chistes malos y eso une mucho.

En 2009 ganó un TP de Oro gracias a los informativos, ¿sueña con un Planeta gracias a una novela?

Ganar algún premio literario sería un gran reconocimiento. Los premios hay que agradecerlos si llegan, obviamente, y si no llegan, a seguir intentándolo.

¿Se anima a improvisar un microcuento?

Ay... voy a escribirlo, porque me sale más fácil: "Lo mejor no fue venir a Zaragoza. Lo mejor fue saber que querría volver. #Microcuento".