Amor conveniente

La actriz Kristen Stewart insinúa que lo suyo con Pattinson "se convirtió en un producto". No es nada extraño. La sombra de la duda sobrevuela a muchas parejas conocidas.

Todo apunta a que Bella  y Edward solo se quisieron en la pantalla. Las declaraciones de la actriz son confusas, pero muchos ven en ellas una confesión.
Todo apunta a que Bella y Edward solo se quisieron en la pantalla. Las declaraciones de la actriz son confusas, pero muchos ven en ellas una confesión.
R. C.

Cuando Summit Entertainment adquirió los derechos de la serie ‘Crepúsculo’, las novelas escritas tras una inspiración nocturna por la hoy archimillonaria Stephenie Meyer, las cosas andaban fatal. El estudio de cine estadounidense, dedicado a la financiación, producción y distribución de películas, las pasaba canutas tratando de salir adelante, hasta que la historia de amor de Bella y Edward Cullen se cruzó en su camino. Con más de dos millones de espectadores y una recaudación de 5 millones de euros en su primer fin de semana, ‘Crepúsculo’ se convirtió en 2008 en una de las películas basadas en un ‘best seller’ más taquilleras de la historia del cine. Poco debieron importarle a los jefazos de Summit que las críticas calificando la película de mala (malísima) se amontonaran ante la puerta, porque la historia de la mística adolescente y el vampiro pijo se convirtió en una máquina de hacer dinero y todos, incluso sus mayores detractores, destacaron la química de los protagonistas.


Por si en la pantalla no hubieran tenido suficiente, Kristen Stewart y Robert Pattinson iniciaron una relación de varios años que ahora, gracias a unas declaraciones de la actriz, todo apunta a que podría haber sido un montaje para terminar de exprimir la gallina de los huevos de oro. "La gente deseaba tanto que Rob y yo estuviéramos juntos que nuestra relación se convirtió en un producto. No era la vida real. Y eso me producía mucho asco", ha confesado ella, que se ha declarado bisexual. Su historia, en cualquier caso, no tiene nada de particular si no es porque nos recuerda que, de ser cierto, no es la primera, ni será la última pareja, con muy poquito amor y mucho marquetin detrás de tanto arrumaco.


Quizá sea Cary Grant, el irrepetible galán nacido en Bristol (Reino Unido) en los primeros años del siglo XX, el paradigma de eso que se ha dado en llamar amor de conveniencia. El artista, que era gay en un momento en el que la sociedad no estaba dispuesta a aceptar a los homosexuales y los grandes estudios de cine eran capaces de cualquier cosa para que un mito, creado con sus propias manos, les amargara la fiesta, pagó cara su orientación sexual. El actor fetiche de Hitchcock se vio obligado a pasar por la vicaría no una, sino cinco veces.


Estos días, la homosexualidad de Grant vuelve a ser noticia gracias a un documental titulado ‘Women He’s Undressed’ en el que se afirma que el estupendo británico tuvo un tórrido romance con Orry George Kelly, director de vestuario y ganador de tres Oscar, y más tarde con el actor Randolph Scott, con quien vivió durante 12 años. La fotografía de ambos, guapos guapísimos, en el trampolín de una piscina fue la prueba que necesitó el mundo para confirmar sus sospechas a pesar de que tanto sus exmujeres como Jennifer, su única hija, hicieron lo que pudieron por ahuyentarlas. "No puedo culpar a los hombres por desearlo y tampoco me sorprendía si papá les devolvía el halago con un leve flirteo. De alguna forma, le gustaba que lo llamaran gay", escribió la joven ajena a la realidad de una época de matrimonios falsos y dobles vidas.Doble vida


La historia del cine está sembrada de ejemplos. Anthony Perkins, con una larga lista de novios de la talla de Tab Hunter, Rudolf y Rock Hudson, también pasó por la vicaría pasados los 40 para unirse en santo matrimonio con Berry Berenson, la hermana de Marisa Berenson. Según dicen, a ella nunca le importó que su marido mantuviera una doble vida.


La biografía del mítico Norman Bates es comparable a la de Rock Hudson. Mientras el actor compartía carantoñas con Doris Day en la gran pantalla, haciéndonos creer que era un macho intachable, capaz de enamorar a cualquier chica que se cruzara en su camino, el actor buscaba los favores de Marlon Brando, Tyrone Power e incluso Burt Lancaster. Eso, hasta que los estudios entendieron que las cosas se les estaba yendo de las manos y le casaron con Phyllis Gates, su secretaria lesbiana.Un asunto recurrente


No hay por qué remontarse a tiempos inmemoriales para encontrar historias de amor a las que sobrevuela la sombra de la duda. Pocos creyeron que la relación de la hija de Elvis y Michael Jackson era una historia de amor al uso. Cuando Lisa Marie Presley unió su vida a la del Rey del Pop hacía 20 días que se había separado de Danny Keough y él andaba envuelto en un proceso de corrupción de menores, lo justo para que buena parte del planeta interpretara aquello como una maniobra perfecta para desvincular al cantante de sus supuestas prácticas delictivas. Por si alguien tenía alguna duda, años después Lisa se despachó en una entrevista con la mismísima Oprah Winfrey, la poderosa periodista norteamericana, con la siguiente confesión: "Nunca entendí mi relación con él. Michael era un maestro manipulando a los medios. La gente asumió que yo era parte de algo que él se traía entre manos".


Lo sorprendente es que muchos creen que aquella época de amores impostados ha pasado a la historia. Chelo García Cortés, periodista graduada en la prensa rosa, es de las que opina que ahora muy pocos se meten en la cama con otros por conveniencia. "Yo sinceramente creo que esos son asuntos de otra época en la que el tema de la homosexualidad era tabú. Ahora no creo que se falseen tantas relaciones. Ni por eso, ni por razones de promoción de las películas, aunque es cierto que siempre hay rumores sobrevolando a determinados personajes. Ahí está Cristiano Ronaldo. Depende de con quién hables te aseguran que todas sus relaciones son auténticas o que son puro montaje para esconder que es gay".


El jugador del Real Madrid no es el único sobre el que ha surgido un río de rumores. Tres años estuvo nuestra Penélope Cruz con Tom Cruise. Después de rodar ‘Vanilla Sky’, la española se ennovió con el actor convirtiéndose en la chica del momento. Hay quien dice que ella solo aprovechó la oportunidad para lanzar su entonces incipiente carrera americana y quienes apuntan –como Andrew Morton, famoso por ser el autor de ‘Diana, su verdadera historia’ y haber firmado la biografía no autorizada de Tom Cruise– que la chica Almodóvar nunca estuvo dispuesta a entrar a formar parte de la controvertida familia fiel a la iglesia de la Cienciología y que, en realidad, la relación fue más un colegueo que una explosión de feromonas porque el chaval tardó en olvidar a Nicole Kidman.El hombre de su vida


Lo que nadie pone en duda es que por aquel entonces, antes de reencontrarse con Javier Bardem y vivir felices para siempre, la española andaba buscando al hombre de su vida. De otro modo no se explica que poco después, durante el rodaje de ‘Sáhara’, quedara prendada de su compañero. Matthew McConaughey y ‘Pe’ estuvieron saliendo y promocionando la película durante unos meses hasta que el texano puso los ojos en Camila Alves, la madre de sus tres hijos. ¿Sospechoso? Sí. Pero, al fin y cabo, la uniones por amor solo tienen tres siglos. O eso dicen los expertos.

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