'Juego de Tronos' continúa la tradición del capítulo 9

Los seguidores de la serie 'Juego de Tronos' no vieron decepcionadas sus expectativas con el penúltimo capítulo de la temporada.

'Juego de Tronos' ocupará un lugar protagonista en la historia de la televisión no solo por el despliegue de medios con los que cuenta para desarrollar sus argumentos, que también, sino por saltarse las reglas convencionales del juego e imponer algunas nuevas. La lógica dramática nos decía que los protagonistas nunca mueren o no lo hacen al menos durante los primeros capítulos. Hasta que llegó la producción de HBO y se cargó al personaje principal cuando nadie lo esperaba. A partir de ahí ya quedamos advertidos de que lo normal, lo habitual, lo recurrente no iba a marcar la tónica de esta serie. Fue determinante también el momento en que murió este protagonista: el capítulo 9. Porque en 'Juego de Tronos' los principales acontecimientos no han sucedido en el último episodio de las temporadas, sino en el penúltimo. De este modo se inauguró una tradición que se ha mantenido año tras año y que los 'tronólogos' conocen, respetan y veneran por encima de todas las cosas, y es que el capítulo 9 de cada tanda marca un antes y un después.La gran batalla (CONTIENE SPOILERS)


Nos impactó ver perder la cabeza (literalmente) a Ned Stark. Un año después volvimos a quedarnos con la boca abierta al conocer la fuerza del fuego valyrio. Pocos acontecimientos televisivos han sido tan desgarradores como la boda roja de la tercera temporada. Los salvajes asaltando el muro fue la baza reservada en la cuarta tanda. Y en la quinta (que ya había tenido un octavo capítulo soberbio con la batalla de Casa Austera) asistimos al sacrificio de la hija de Stannis y a los dragones de Khaleesi dándolo todo por ella.


Con estos antecedentes es normal que los seguidores de la popular saga anduvieran estos días con el corazón en un puño, porque llegaba el momento de asistir al capítulo 9 de este curso, que ha sido, podemos decirlo ya, uno de los mejores de la serie. Una nueva batalla, esta vez por el control de Invernalia, centró la trama principal y nos provocó momentos de verdadera angustia, como ese en el que creímos que volvíamos a perder a Jon. Mereció la pena con tal de asistir a la alegría final de volver a ver lucir el estandarte de los Stark. Ojalá la tele se nos llenase de capítulos 9.

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