Hugo Silva: "Sigo yendo a bares cutres"

?El actor viaja en la serie ‘El Ministerio del Tiempo’ (La 1, 22.15) donde se convierte en Pacino, un policía de los años 80 que acaba infiltrado en el mundo de las drogas.

Hugo Silva es Pacino, un policía de los años 80.
Hugo Silva es Pacino, un policía de los años 80.
TVE

Hugo Silva (Madrid, 38 años) se considera "un tipo de lo más normal". Por eso, ha utilizado sus recuerdos de infancia en el humilde barrio de San Blas para meterse en la piel de Pacino, el policía de ‘El Ministerio del Tiempo’ (La 1, 22.15) de los años 80, que acabará infiltrado en el mundo de las drogas que tanto daño hizo a la juventud española. "De niño la situación no me parecía tan impresionante, ahora veo que era muy dramática".

Siempre ha dicho que su sueño era interpretar a un cura o a un torero. ¿Lo conseguirá?

Ja, ja, ja. Pues mira, no te puedo decir más, pero habrá sorpresas en ‘El Ministerio’... Hay un momento en el que ‘Pacino’, mi personaje, se mete en la piel de un sacerdote.


¿Y lo vestirse de luces para cuándo?

Lo de torero ya me pilla un poco mayor...


Mire a Jesulín de Ubrique, sigue dando capotazos de vez en cuando.

Si llega la oportunidad habría que verlo... Lo del sacerdote y el torero lo decía porque son personajes muy ‘typical spanish’ y me hacían mucha gracia.


Su personaje es un experto en infiltrarse en bandas callejeras y en el mundo de las drogas. ¿En qué se ha basado?

En vivencias de cuando era pequeño, en mi barrio y en la atmósfera que se respiraba por aquel entonces. Y he visto, también, bastantes películas de quinquis, aunque muchos lo eran de verdad, por lo que no necesitaban de un gran trabajo actoral...


¿Qué recuerdos tiene del San Blas de aquella época?

Como una época muy dura, en la que los jóvenes no estaban nada informados de las drogas y el caballo era un estupefaciente nuevo en España. Era un niño y no me parecía algo tan impresionante, pero ahora con mis referencias y siendo un adulto veo que la situación era muy dramática.


Los agentes de ‘El Ministerio’ nunca envejecen. ¿A usted le preocupa cumplir años?

No, solo soy consciente de los años que tengo cuando llega mi cumpleaños y la gente me lo recuerda. Pero yo me siento igual que a los 15 años. Mentalmente sigo siendo la misma persona y creo que a la mayoría de la gente le pasa igual. Por muchas canas que tengas, al final tu esencia, es tu esencia y muchas veces te vienen hasta recuerdos de crío.


Se sentirá como un quinceañero, pero con más experiencia.

Sí... (Se lo piensa). Los años pasan y tienes más experiencia, pero sigues cometiendo los mismos errores durante toda tu vida porque eres el mismo.


Un electricista metido a actor, pero que soñaba con ser una estrella del rock. ¿Es una buena definición?

Soy un tipo normal que trabaja en lo que le gusta. Sin más. Durante mi adolescencia y un poco más adelante tenía claro que me quería dedicar a la música, pero la vida me ha llevado a otro sitio que también me hace muy feliz. Sigo tocando, pero de una forma totalmente privada y de colegueo.


Ha participado en la película ‘Mi gran noche’. ¿Cómo es una gran noche para usted?

Juntarme con mis amigos de siempre, los que hice cuando empecé a vivir en el centro de Madrid, y disfrutar de una noche de esas que no acaban nunca.


¿Hizo buenas migas con Raphael?

Raphael es un artistazo universal y ha sido muy fácil trabajar con él. Es un tipo encantador y muy cariñoso. Enseguida hizo piña con todos y nos contó muchas anécdotas.


En la película es el presentador de un programa de Nochevieja. ¿Qué campanadas siguió en la vida real?

Da igual en qué sitio del mundo esté que siempre me como las uvas. En mi casa, en el momento de las campanadas, se monta un gran escándalo, todo el mundo se pone nervioso y grita.


Le han piropeado desde Celia Villalobos hasta Jorge Javier Vázquez. ¿Cómo se sortea a tanto admirador?

¿Ah, sí? ¿Celia Villalobos me ha piropeado? (sorprendido)


En una entrevista decía que, junto a George Clooney, era el hombre más atractivo.

¡No tenía ni idea! Yo me levanto por la mañana, trabajo y el tiempo que me queda intento hacer las cosas que me gustan e ir a ver a mis niños... La gente me reconoce por la calle, pero yo me siento un tipo de lo más normal.


¿Echa de menos ir al típico ‘bareto’ a tomar una cerveza?

No, yo sigo yendo a bares cutres a tomar cervezas. De hecho, es a los que voy. ¡No voy a otros! Ja, ja.


¿Y se siente observado?

No. Estoy acostumbrado y la gente es muy cariñosa.

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