Ed Stafford: "Por mucho que me guste viajar, no tiene sentido si no hay detrás una familia"

El veterano explorador estrena hoy (23.30) en el canal Discovery Max ‘Lo desconocido’, donde viajará a los sitios más extraños que se ven por el satélite.

El explorador Ed Stafford.
El explorador Ed Stafford. r. c.
r. c.

El veterano explorador y excapitán del Ejército británico Ed Stafford (Peterborough, Inglaterra, 1975) se embarca en ‘Lo desconocido’, el programa que estrena hoy Discovery Max a las 23.30, en el que viajará a los sitios más extremos del mundo que previamente ha visto por satélite. Recorrerá desde el desierto de Etiopía, que alcanza los 52 grados, hasta Siberia en el que se le congelarán las extremidades.

-Al menos está vez va vestido.

-¡Sí, gracias a Dios esta vez sí!


-¿Qué ha metido en su mochila?

-A diferencia de Marooned (anterior programa), que era de supervivencia y no podía llevar ropa, ni comida ni cuchillo, esta vez he metido lo que se suele usar en cualquier expedición.


-¿En que país lo ha pasado peor?

-Pensé que Siberia iba a ser el más duro. Por las temperaturas extremas, el idioma y porque los rusos tienen fama de fríos. Sin embargo, han sido los que más me han ayudado: son encantadores, generosos y muy hospitalarios.


-Zambia es uno de los países más pobres del mundo.

-Zambia es increíble. Un país rico en minerales, pero muy pobre en términos de redistribución de la riqueza. Viví un momento surrealista cuando la familia real del oeste del país me ayudó a acceder a muchas áreas. Sobre todo la princesa Mawta. Cuando digo princesa se imaginará a una persona llena de joyas y que vive en un palacio. Nada más lejos de la realidad, Mawta vivía en una choza con el suelo de tierra y tenía que cocinar en un fuego en la calle. Es fascinante que, a los ojos de la monarquía británica, se les considere también como una familia real. Y más curioso es que la generosidad de la gente está proporcionalmente invertida con su riqueza. Zambia es el país más pobre y generoso.


-En Papúa Occidental era la primera vez que veían un hombre blanco. ¿Cómo reaccionaron?

-Yo fui a Papúa buscando unas líneas blancas en mitad del pantano. Y resultó que eran unas islas que una tribu había construido, con sus propias manos, para poder vivir ahí, ya que estaban huyendo de la guerra. La mayoría habían visto algún blanco alguna vez, en las ciudades cercanas a las que van a por comida, pero yo era el primero en toda su historia que se acercaba hasta esa zona. Es de vergüenza que nunca antes se hubiera acercado nadie a ver la manera en la que han creado un mundo nuevo en el que vivir, en un sitio completamente inhóspito, como el agua de un pantano.


-¿Cómo consiguió comunicarse con los nativos?

-En Brasil no tuve ningún problema. En otros países es difícil encontrar a alguien que hable un poco de inglés y te traduzca. En Etiopía, intenté acceder al desierto de Danakil y todos hablaban afar, un dialecto tribal. Me tumbé debajo de un árbol y al despertar me encontré un guerrero a mi lado, que me sonreía. Pero él no hablaba ni una palabra de inglés y yo no hablaba afar... Si eres agradable y transmites buena energía, te puedes comunicar.


-Tantos meses fuera, ¿le resulta difícil volver a casa?

-No, ¡es increíble estar en casa! En las últimas doce semanas, habré estado cinco días. Por mucho que me guste ir de viaje, si luego no tengo un hogar y una familia a la que volver, no tiene sentido.


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