En este año, se había instalado en España un clima de inseguridad, con atentados, secuestros y robos. Y, mientras muchos delincuentes seguían en la calle, Carlos continúa en la cárcel, donde también se siente inseguro. Su padre desconoce que está en el punto de mira de un matón peligroso.

Las relaciones de Carlos con su compañero de celda, Salazar, no son muy buenas, sobre todo a raíz del intento fallido de fuga del capítulo anterior.

Antonio sabe que su hijo lo está pasando mal en la cárcel, pero desconoce que está en el punto de mira de un matón bastante peligroso. Continúa haciendo todo lo posible para que salga de la cárcel, aunque no es nada fácil. Gracias a un contacto que le facilita el padre Froilán, Antonio podrá comprobar de primera mano la verdadera situación de su hijo.

Mientras, Merche está con los ensayos del desfile de ropa interior y, aunque tiene la cabeza en otro sitio, intenta estar lo más pendiente posible. Tiene el apoyo de Inés, que le ayuda con los preparativos.

Por último, Miguel se siente vigilado. Desde hace unos días hay un coche aparcado en la Calle Plaza y no sabe muy bien a qué se debe. Miguel teme que tenga que ver con el hecho de que su sobrino esté en la cárcel y le transmite su inquietud a Antonio.