El alcalde de Soria y secretario general del PSOE en esa provincia, Carlos Martínez, ha señalado este viernes que el resultado electoral ha sido "pésimo" para España y "malo" para su partido, por lo que ha animado a realizar un análisis en clave orgánica, ya que "hay que rehacer y reconstruir un nuevo proyecto".

Martínez, que cumple este martes 43 años, ha analizado en rueda de prensa los resultados de las últimas elecciones generales, ha apelado a la reflexión y al autoanálisis y ha lamentado que se hayan cumplido las peores previsiones que ya se esbozaron en campaña por parte de los socialistas.

No obstante, el alcalde soriano se ha remitido al Congreso Federal de septiembre u octubre donde se debatirá el proyecto de equipo y de liderazgo.

"Pero lo importante es que quien ha ganado tumbado -en alusión a Mariano Rajoy (PP)-, se levante definitivamente y haga un mínimo esfuerzo intelectual de intentar llegar a acuerdos; tiene que buscar consensos y no comenzar a tirar balones fuera", ha sostenido.

Martínez ha recordado que el PSOE ya alertó de los resultados que se podría dar por la atomización del voto de la izquierda y del voto progresista y del error que era repetir elecciones. "Todo ello hará que tengamos un gobierno del PP cuatro años más", ha lamentado.

También ha trasladado el enfado que existe desde la noche electoral y la indignación por "haber perdido la oportunidad de haber formado gobierno y de tener un gobierno del cambio con Pedro Sánchez".

En clave más local, el secretario general socialista ha admitido que los resultados son mejores que la media regional y la autonómica, pero con la "asignatura pendiente" de "conseguir trasladar que los ayuntamientos del PSOE en la provincia también necesitan el apoyo de las administraciones autonómica y nacional y la búsqueda de esas alianzas para conseguir y apuntalar proyectos".

Martínez tendrá que dejar de ser el secretario general del PSOE de Soria tras agotar los mandatos previstos en los estatutos, aunque ha eludido citar algún nombre para su sucesión, porque nadie les perdonaría, ha observado, "que terminadas unas elecciones" se pusieran a hablar de lo "suyo".