Cuando la clave para evitar el amargor de las verduras está en el vaso

Cuando la clave para evitar el amargor de las verduras está en el vaso

La cocina vegetariana se escapa de las reglas más sofisticadas del protocolo gastronómico, pues esta corriente culinaria no cree en el maridaje único, sino en la capacidad que tienen todas las bebidas de explotar los encantos del plato.

La cerveza marida a la perfección con el risotto de cebada y calabaza asada del restaurante Baobab.
La cerveza marida a la perfección con el risotto de cebada y calabaza asada del restaurante Baobab.
Beatriz Pitarch

Ante un plato de verduras, la cerveza se convierte en la mejor acompañante. El ligero amargor de estos vegetales se reduce con una espumosa que ayudará a apreciar el sabor del producto, generando una combinación placentera para el paladar. Las cervezas de trigo, como Ambar CaesarAugusta que destaca por las notas frutales y el equilibrio entre sabores, son una buena opción. Con esta unión, las propuestas vegetales vuelven a traspasar los límites gastronómicos.

En las jornadas de Tenedores Cerveceros varios restaurantes han apostado por este maridaje de verdura y cerveza. Birolla 4 y Antiguo Bar la Jota son dos de ellos, con una tempura de Ambar Export, hortalizas, romescu y soja, en el primer caso; y ensalada de rulo de cabra y Ambar CaesarAugusta en el segundo.

También Baobab, cuyo chef y socio, Manuel Rodrigo, reivindica el papel de ambos productos en la mesa, "ni son más informales ni tienen menos valor en la cocina". Este enamorado de la gastronomía explica que "cuando entras a un restaurante vegetariano, te liberas de muchas reglas culinarias; las fronteras del protocolo se diluyen, y disfrutar de una cerveza con un risotto de cebada y calabaza asada casa tan bien como con un buen vino". Apasionado de las buenas materias primas ecológicas y del saber hacer en los fogones considera que la comida vegetariana y la cerveza hacen una pareja "excelente". Así lo ha demostrado en el selecto menú de seis pases que ha elaborado para las jornadas de Ambar, con "‘gyozas’ de boniato, ajo y ‘shitake’ con salsa de cerveza de jengibre y soja –acompañadas de la bebida de esta variedad, o el bizcocho de cerveza negra y regaliz con espuma de kéfir y cardamomo", que se marida con la propuesta más oscura.

Rodrigo admite que esta bebida le resulta muy interesante a la hora de cocinar y degustar. "Lo único que falta es que esté integrada por completo, y que los comensales aprendamos a disfrutarla y catarla. Y eso es un proceso de educación, donde tenemos un papel importante, ya que si no hay ganas de jugar y de experimentar no avanzaremos", reconoce. Siente que es una bebida "honesta y auténtica que te acepta tal y como eres", concluye.

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