Para muchos, la Navidad, además de entrañables encuentros familiares, es sinónimo de compras y viajes. ¿Y dónde aunar ambas pasiones? Ciudades como Nueva York o Londres llevan años haciendo que sus visitantes pierdan la cabeza en los atestados pasillos de Macy’s o Harrods al tiempo que se deleitan con sus estampas navideñas.

Sin embargo, Nueva York se escapa un poco del presupuesto medio, mientras que Londres está a la vuelta de la esquina. Así, la capital británica se convierte en la sede de las compras navideñas y hasta allí se peregrina con las tarjetas de crédito.

En este sentido, según un estudio realizado por VisitBritain, el 61% de los turistas españoles viaja al Reino Unido con afán de compras. Lo cierto es que los españoles son los terceros en este pódium de enamorados del 'shopping' británico: solo les aventajan los viajeros australianos, con un 76%, y los suecos, con un 63%.

Asimismo, Londres está considerada como una de las ciudades más bellas y mágicas en cuanto se engalana para Navidad, aunque es cierto que durante el resto del año también refulge de encanto. No en vano, los encendidos navideños de sus zonas comerciales son de los más fotografiados del mundo durante esta época del año. También destacan sus bulliciosos mercadillos de Navidad. Entre los más famosos se encuentran Southbank Centre Christmas Market o el Winter Wonderland en Hyde Park.

Por lo tanto, si para estas inminentes Navidades tiene ya sus billetes de avión con destino a la capital británica, vaya reservando la paga extra, pero también empápese de unos sabios consejos para que su estancia transcurra lo más placentera posible.

En concreto debe saber que la familia real británica es muy querida entre los ciudadanos británicos, así que no hay que convertirla en objeto de chistes o comentarios ácidos. La puntualidad británica es muy, pero que muy real, y no es para nada una leyenda, de modo que se debe acudir a las citas a la hora señalada y sin hacerse el interesante. Ya se sabe, hay que mantener alto el pabellón español.

Para colmo, si orina en la calle, por mucha urgencia que se tenga, se puede acabar arrestado. Seguro que hay un aseo público cerca para ahorrarse el riesgo. Por cierto, tampoco es recomendable dar dos besos cuando le presenten a alguien, aunque por esto no encarcelan a nadie, seguro que no querrá provocar situaciones incómodas.

Y cómo no, aunque este último consejo tiene un sentido más bien de pura ‘supervivencia’ digital, no hay que olvidar el adaptador eléctrico, porque el voltaje de 240 voltios que emplean en el Reino Unido no es compatible con el nuestro, y seguro que se necesita cargar el teléfono, tableta o cámara de fotos para fotografiar una ciudad que no cesa de posar para el turista.