Cooperativas de viviendas: ¿cómo funcionan?

Un grupo de personas puede unirse, formar una cooperativa y convertirse en promotor de sus propias viviendas.

Promoción de una cooperativa de viviendas.
Promoción de una cooperativa de viviendas.
Planurbis.

No es lo más habitual a la hora de promover la construcción de un inmueble, pero en estos últimos años sí han sido comunes. Las cooperativas de viviendas se forman por parte de asociaciones o grupos con intereses afines, que se lanzan a la aventura de construir un bloque de viviendas para luego adjudicarlas entre los socios.


Asumir una empresa tan complicada como esta tiene un objetivo: lograr precios más baratos, pues al desaparecer la figura del promotor, se elimina también el margen de beneficio empresarial. Los pagos son más cómodos, pues se hace una entrega inicial y después se va aportando al adquirir el suelo y conforme va avanzando la obra, tal y como explica Carlos Lallana, de Planurbis, empresas especializadas en la promoción de viviendas y en la gestión de cooperativas.


Pero es una figura que también tiene sus riesgos: el precio final de la vivienda adjudicada puede variar, si se producen sobrecostes en la construcción, y cabe la posibilidad de que la cooperativa tenga que quedarse con viviendas sobrantes, si no se consiguen socios suficientes o si se producen bajas.


Sociedades gestoras

Los cooperativistas suelen contratar a sociedades gestoras para que se encarguen de la gestión, administración y dirección de la obra proyectada. Esta gestora, integrada por profesionales, actúa siguiendo las líneas básicas que le marcan los asociados.


Las cooperativas que hoy existen en el mercado suelen ser promovidas, sin embargo, por gente del sector inmobiliario que se acoge a esta figura cuando el mercado financiero así lo exige, pues en épocas duras como las pasadas, contar con el aval solidario de los socios cooperativistas es una forma de obtener garantías sobre el buen resultado final.


Cuando esto último ocurre, la figura de la cooperativa de viviendas acaba por no diferenciarse mucho de las promociones de obra libre, pues por un lado sí que se busca beneficio, y por otro se garantiza un precio final y la exención de responsabilidad si acaba habiendo viviendas sobrantes.


Por tanto, en opinión de los profesionales, las cooperativas son una figura que, en un contexto en el que el mercado inmobiliario se reactiva y las entidades financieras vuelven a confiar en la vivienda como un producto interesante para ofrecer crédito, probablemente tenderán a reducirse a la mínima expresión.


Recomendaciones

Si se decide a formar parte de una cooperativa, deberá asegurarse de que ésta está inscrita en el Registro de Cooperativas de la comunidad autónoma, y obtener información acerca de la titularidad de los terrenos, los derechos de opción de compra, el coste y programa de financiación, la idoneidad del proyecto y la cuantía de la aportación económica necesaria.


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