Un derecho de todos
Las comunidades de propietarios deben garantizar las herramientas para conseguir la accesibilidad universal
La falta de accesibilidad representa una de las causas más frecuentes de discriminación con respecto a las personas con discapacidad. Por este motivo, el ordenamiento jurídico nacional ofrece determinados mecanismos para favorecer la accesibilidad de los edificios de viviendas, que están regulados en dos normas básicas que recordamos a continuación.
-Ley 49/1960, de 21 de julio, de Propiedad Horizontal (LPH), en la nueva redacción dada por la Ley 8/2013, de 26 de junio, de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas.
-Ley 15/1995, de 30 de mayo, de Límites al Dominio sobre Inmuebles para Eliminar Barreras Arquitectónicas a las Personas con Discapacidad.Comunidades vecinales
La accesibilidad universal es una obligación de las comunidades de propietarios y hay obras que no necesitan de un acuerdo para acometerse. Son aquellas que resulten necesarias para garantizar la accesibilidad universal y las requeridas a instancia de propietarios en cuyos pisos vivan, trabajen o presten servicios voluntarios, personas con discapacidad.
Por otra parte, y según la guía ¡¡Pregúntame sobre Accesibilidad y Ayudas Técnicas!!, del Imserso, la numeración del edificio debe ser claramente perceptible, de forma visual y táctil. Desde la calle hasta la puerta de entrada a la vivienda debe existir un itinerario accesible y es fundamental evaluar la altura del timbre o videoportero y del buzón.
Además, en el caso de entrada a la vivienda, es necesario que a ambos lados de la puerta de acceso exista un espacio libre a nivel del suelo que permita inscribir un círculo de un diámetro de 1,50 m, para la maniobra de sillas de ruedas. También debe evaluarse la anchura y altura del hueco de entrada y los tiradores de la puerta.
Por último, la accesibilidad universal es una cuestión común. En este sentido es importante tener en cuenta esta opinión formulada desde Fundación DFA: «Hay que sensibilizar a la sociedad para que a la hora de rehabilitar una vivienda o edificio no olviden la accesibilidad universal, que afecta a todas las personas. Tanto a individuos con discapacidad, como personas mayores, carritos de bebé, de la compra o personas con movilidad reducida temporal».
