Cinco trucos para hablar en público y no pasar nervios

Se acercan las presentaciones de los trabajos de fin de grado y los nervios pueden jugar malas pasadas.

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Los universitarios ya ultiman los detalles de sus Trabajos de Fin de Grado.
Laura Uranga

¿Quién no se ha puesto nervioso alguna vez hablando en público? Para muchas personas el momento de salir y defender un trabajo supone un verdadero momento de histeria. Son muchos los estudios que avalan que el temor a dar un discurso puede ser tan grande que lleguen a provocar cuadros de estrés con consecuencias físicas, como sudores, temblores o desmayos…


Sin embargo, es un miedo al que hay que enfrentarse tarde o temprano, y para aquellos universitarios que defienden sus Trabajos de Fin de Grado (TFG) en la convocatoria de junio el tiempo apremia. La defensa del proyecto ante el tribunal es un momento crucial que será calificado y, por eso, no hay que dejarse llevar por los nervios de última hora.


Hay técnicas que ayudan a mantener la calma a la hora de hablar ante el público y que ayudan a eliminar los nervios o, al menos, a no transmitirlos a los espectadores. Son unos sencillos ejercicios que ayudarán, además, a dar sensación de seguridad y soltura y que permitirán que se demuestre todo lo aprendido y trabajado.Cinco técnicas para hablar en público

Organizar la presentación. Una semana antes de la presentación hay que seleccionar con cuidado la información que se quiere presentar, incluyendo los soportes audiovisuales de los que se vaya a hacer uso. Cuanto mayor sea la organización, menos son las posibilidades de ponerse nervioso. Realizar un esquema en forma de tarjetas con la información que se quiere exponer ayuda a guardar el orden durante la exposición y a tener seguridad en uno mismo. Practicar la presentación en voz alta. Preparar el discurso en un ambiente agradable y que resulte familiar ayudará a ser consciente del dominio que se tiene sobre el tema que se va a exponer. Además se favorece la relajación nerviosa y se aumenta el nivel de confianza. Recitar en alto ayuda, además, a encontrar la entonación adecuada y a proyectar la voz para que todo el mundo en la sala pueda oír la presentación. Respira profundo antes de entrar. Es un error repasar la exposición minutos antes de entrar ya que ésto puede ayudar a que las ideas se desordenen. Lo recomendable es pasear y respirar profundamente visualizando el éxito de la presentación. Además, esto favorecerá la eliminación de la tensión muscular y aumentará la circulación sanguínea. Pensar en el material, no en el público. A menudo, cuando se está exponiendo, preocupan más las caras que pone el público que no si se está desarrollando a la perfección la ponencia. Es fundamental centrarse únicamente en la información que se quiere dar pues, no hay que olvidar que, seguramente, en la sala del tribunal, se sea una de las personas con más conocimientos sobre el tema. Hablar despacio. Durante la exposición es recomendable hablar con tranquilidad, sin hacer gestos exagerados y guardando silencios. La clave de una buena presentación es la naturalidad y la conexión con el público presente. Esto ayudará a estar más cómodo en el escenario y a salir victorioso de la presentación.Ir al suplemento de formación.