Aunque nació en el siglo XIX, Antoni Gaudí (Reus, 1852-Barcelona, 1926) bien podría haber sido uno de los grandes exponentes del Renacimiento, ya que sus manos y su imaginación crearon, diseñaron, pintaron y esculpieron las obras más representativas del Modernismo.

Gaudí fue un artista polifacético y complejo, con una visión de la arquitectura como un todo. Esto ha provocado que su huella permanezca presente no solo en las fachadas de sus edificios, sino en los interiores, con una decoración y mobiliario fieles a su filosofía creativa. Para conocer y disfrutar mejor de sus trabajos, la Obra Social de Ibercaja, en colaboración con el Museo Diocesano de Barcelona, el Arzobispado de Barcelona y la Cátedra Gaudí, acaban de inaugurar ‘Gaudí único’, una exposición que permanecerá abierta en Ibercaja Patio de la Infanta hasta el 29 de enero de 2013. Una muestra que se sirve de los documentos y obras personales del artista para acercar al visitante su particular manera de trabajar.

Considerado como uno de los grandes genios del siglo XX, Gaudí fue perfeccionista y meticuloso al máximo. Un genio, mitad artista y mitad científico. Hasta tal punto controlaba todo el proceso de trabajo que era capaz de quedarse hasta las diez de la noche supervisando personalmente la construcción de las rejas de forja que adornan las paredes de la Pedrera, uno de sus edificios más emblemáticos con permiso de la Sagrada Familia, obra a la que dedicó cuarenta y tres años de su vida.

Una muestra de esta dualidad científica-creativa son los numerosos planos, fotografías, pruebas de laboratorio, maquetas y herramientas que pueden verse en esta antológica, que se completa con numerosas actividades paralelas y cuyo fin es dar a conocer una visión global del artista y el hombre.

Diferentes escenarios

La muestra se divide en dos escenarios. En la planta 0, se expone la parte dedicada a presentar al Gaudí de la colonia Güell y su taller. Una recopilación de obras originales, sus primeros inventos, así como herramientas y utillajes cedidos por el Museo Diocesano de Barcelona.

En la planta sótano, la exposición se divide en cinco apartados, que arrancan con una introducción a la figura del arquitecto, centrada en su vida personal y profesional. En la misma planta, hay una sección dedicada a Gaudí y a Eusebi Guell, su gran mecenas.

El recorrido se completa con una visión muy general de tres de sus joyas arquitectónicas: las casas Calvet, Batlló y Milá. En este último espacio, se muestran maquetas, dibujos originales, muebles, puertas y piezas de cerámica vidriada. Un amalgama de objetos que reafirman, una vez más, la fuerza creativa de un genio polifacético que tocó casi todas las artes.

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