Ibercaja apoya a los enfermos de alzhéimer y sus familias
El próximo miércoles se celebra el Día Mundial del Alzheimer. Una jornada que pretende dar a conocer la enfermedad y difundir información al respecto, así como solicitar el apoyo y la solidaridad de la población en general, de instituciones y de organismos oficiales.
«La ayuda de todos es fundamental –apuntan desde las entidades que trabajan con enfermos y familiares–. Y, en ese sentido, cabe destacar el apoyo que año tras año recibimos a través de la Obra Social de Ibercaja».
En efecto, la entidad, en el marco de su Convocatoria Ibercaja de Proyectos Sociales, ha destinado en los últimos diez años dos millones y medio de euros a colectivos y asociaciones relacionadas con el alzhéimer.
Este año, con motivo de la celebración del Año Internacional del Alzheimer, Ibercaja ha prestado una mayor atención a este ámbito. Su apoyo en Aragón ha estado dirigido a las asociaciones de enfermos de alzhéimer de las tres provincias de la Comunidad.
Tal y como explica Alicia Sipán, coordinadora de la asociación provincial de Huesca, "la ayuda que este año hemos recibido de la Obra Social de Ibercaja ha estado destinada a los centros de estimulación especializados. Así, se han llevado a cabo terapias y programas de descanso y formación para los cuidadores".
Para Sipán, "la enfermedad de alzhéimer, y otras demencias similares, no solo afectan a quienes las sufren, sino también a sus familiares. Ellos, sus cuidadores, son quienes les atienden hora a hora y día a día, y esto les supone una merma en su calidad de vida, a veces emparejada incluso con problemas de salud. Por eso, es tan importante atender también sus necesidadades. Una atención que, en nuestro caso, sería prácticamente imposible sin la colaboración de entidades como Ibercaja».
Pedro Salazar, gerente de Afedaz (la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Zaragoza), comparte esta misma impresión. «El apoyo de las entidades privadas, como el que recibimos de la Obra Social de Ibercaja, es fundamental –apunta–. Tanto que podría decir que, sin él, no estaríamos vivos». Porque además, apostilla, «se trata de un apoyo continuo en el tiempo».
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