La importancia del agua en nuestras vidas es fundamental, sin ella no existiríamos, ya en el cristianismo nos lo hacen recordar en el mismo momento de nacer, en el bautismo. Pero también está presente en la muerte, ya que el cuerpo del difunto se bendice con el 'agua lustral', comúnmente conocida por agua bendita.
Este líquido elemento cubre, aproximadamente, el 72 % de la superficie terrestre. Nuestro cuerpo, a la par, está compuesto por un 72 % de agua. De esa manera, los seres vivos, están sujetos a las leyes cósmicas de los ritmos, incluso de la respiración. Normalmente se respira unas 18 veces por minuto, lo que da una media de 25.920 respiraciones en 24 horas. Ello nos lleva a relacionar con el ritmo solar, que recorre el zodiaco en 25.920 años.
El ser humano es un microcosmos dentro del macrocosmos, las mismas fuerza y los mismos ritmos, nos acompañan eternamente, en una creación armónica. Quién le iba a decir a Poseidón, el "gran señor de las aguas", el asumir la responsabilidad de "inundar" nuestras vidas de energía. Aunque la última y más importante responsabilidad, recaiga en nosotros, ya lo anuncia el refranero "Beber con medida, alarga la vida", de lo contrario, Poseidón con su tridente, nos lo hará recordar, para no ahogarnos en turbulencias.