Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

La voz de mi amo

The Vinylos, en la excelencia del pop sesentero

El grupo tinerfeño, que acaba de publicar su segundo LP, vuelve por tercera vez consecutiva al mítico The Cavern de Liverpool.

The Vinilos en su primera visita a Liverpool, en 2017. ARCHIVO MATÍAS URIBE
The Vinilos en su primera visita a Liverpool, en 2017. ARCHIVO MATÍAS URIBE
Matías Uribe

The Vinilos juegan en la excelencia, no en la primera división comercial del pop nacional, que eso es cosa de la mercadotecnia y hasta cierto punto detestable, pero sí en la de la prestancia del pop verdadero, hecho con mucho corazón y mucho gusto, sin trampantojo alguno, aferrados a lo que ellos sienten y mueven sus gozos musicales y hasta sus propias vidas. El pop, el beat, el soul… son las raíces sesenteras de las que herborizan las estupendas canciones que componen su repertorio, unas veces con firma propia y otras ajenas, en una dualidad admirable y casi única en el pop español actual.

Es posible que la insularidad, o quizá más el cacharrerío infame que anega de ruido y muy pocas nueces el pop español, lo que quizá les distancie del gran éxito, de los superventas, de los grandes festivales y todas esas matracas que acompañan el mundo del disco. A estas alturas, y dada su idiosincrasia melómana, no creo que esto sea motivo de preocupación, ni menos aún objetivo primordial de su existencia. Sus preocupaciones son mucho más llanas, directas y emocionales: hacer buenas canciones, y si hay un reducto de público que goza (gozamos) con ellas, miel sobre hojuelas.

De nuevo han dado fe de su juego en la excelencia y de sus nobles intenciones: su segundo álbum, Blow Me Up, viene cargado de canciones mayores, de composiciones que suenan frescas y saludables en tiempos de raras, cuando no insoportables, cacofonías musicales. Es un LP de sabores diversos, pero con una filosofía estética y de sonido tan preclara como definida, un disco en vinilo, más CD, como el primero, que puede colocarse perfectamente al lado de los discos de The Romantics, Blondie, The Searchers, Small Faces, Gerry & The Pacemakers, The Move, The Zombies, Dusty Springfield, Wilson Pickett, The Leaves, The Standells… y, cómo no, al de sus amados Beatles, conjugando el brío con la serenidad, la agitación del rock con la apacibilidad del baladismo, según convenga y lo pidan las sensaciones vitales que ellos vierten en las letras.

Que esa es otra de las peculiaridades, junto al canto en inglés y a su propensión a mezclar temas propios con ajenos, amén de valerse de vistoso vídeos, de The Vinylos: sus textos vivenciales, recipientes de sus gustos, de sus experiencias, de sus sentimientos, de sus propias vidas. Así que por unas u otras canciones corre la visión que tienen del mundo musical actual, “un mundo inseguro y lleno de prejuicios, donde la envidia y los egos quieren acabar con la ilusión de quien quiere hacer un buen trabajo”, dicen, a lo que ellos contraponen algo muy necesario en estos tiempos y en cualquier orden de la vida: la resistencia. “Solo importa tener tu música dentro para seguir adelante, da igual que te critiquen, que hablen, que te subestimen. Si es verdadero lo que haces, si es real y lo sientes, sigue adelante aunque intenten volarte para que no molestes e inquietes su mundo de mediocridad en el que se sienten seguros”. Mensaje tan contundente lo apoyan en música pop también contundente, como es Blow Me Up, la pieza que abre el disco y con la que acaban de ganar el premio a la mejor canción de 2018 en los Premios de la Música Canaria, para el que fueron nominados en cuatro categorías (entre ellas, la del diseño del primer single, realizado por el magnífico pintor zaragozano-tinerfeño José Emilio López).

Entrega de los Premios de la Música Canaria.
Entrega de los Premios de la Música Canaria.
Matías Uribe

Hablan también en este disco del error cometido tras beber un poquito más de la cuenta y del consiguiente arrepentimiento y el ruego para evitar el abandono (Don't leave me like this), acudiendo para ello al baladismo y al influjo de la maravillosa y sensible Dusty Springfield, “o cualquier otra grande de nuestra década adorada”. En If Your Eyes, una de las más delicadas y hermosas canciones del disco, es la despedida, a ritmo de vals, el sentimiento que aflora cuando un ser querido desparece de nuestras vidas, el motivo que la llena. Surgió cuando, hace unos años, Sonia y Sebastián vieron cómo su madre y su padre, respectivamente, se fueron después de una agonía y una lucha por querer seguir entre ellos, ofreciéndoles una despedida tranquilizadora y resignada: “Cierra tus ojos. Es suficiente”. El apoyo instrumental de las cuerdas remarca aún más aquel duro momento.

En esa misma línea baladística, construida simplemente, pero rebosante de belleza, con una guitarra acústica y un fondo de cello se inscribe Turns To Black , como uno de esos objetos olvidados que un día encuentras con gran gozo, en este caso una canción que Sebastián tenía guardada en el cajón de canciones desechadas desde que era un adolescente hasta que, como él dice, “un día la musa de las canciones llamó a mi puerta y la recuperé, y la pusimos muy bonita, muy íntima, sin perder la esencia de nuestro estilo, o quizás dándole vida a algo totalmente nuevo en nuestro registro”. De nuevo, el duelo, pero en este caso “por toda esa generación de músicos que nos inspiran y que se va apagando como luces en la noche”. La letra se escribió en un momento de tristeza de Sonia, “pensando en cómo se van todos los ídolos musicales que admiramos”. De ahí, frases como: "Sé que estaba ciega porque la música es lo único que mantiene mis sueños en lo alto", "pero pierdo mis alas y no puedo volar", "el azul se vuelve negro", " no quiero ver nubes en tu cielo azul" o “unos se han ido, por eso perdí mis alas, y otros están, y no quiero que se vayan, por eso no quiero ver nubes grises en el cielo azul de mis estrellas del rock”. El cello es un guiño directo a otro grande para ellos como Jeff Lyne, como grande y hermosa es la canción. Bienvenida la visita de las musas aunque fuese con tanta tardanza.

Frente a estos sensibles momentos de dolor y belleza se levanta el optimismo sesentero de Summer Rain y su balanceo entre el power pop y el beat, con las Rickenbackers enlazadas a la siempre tonificada y segura voz de Sonia y a las joviales melodías y coros, describiendo una historia de amor en un día de lluvia veraniego, optimismo que se dispara hasta lo salvaje, por así decir, en I Take What I want, soul puro y explosivo de los sesenta, con una Sonia en plan Wilson Pickett, haciendo suyo un viejo tema de Cliff Bennett and The Rebel Rousers, “un clásico que nos acompaña en nuestro repertorio en directo desde hace años, y nos apetecía grabar. Es una canción que siempre da muy buen resultado en los conciertos, y es bueno que quedase registrada”.

Por supuesto, no queda esquinado el toque preclaro de Los Beatles que brota en Blackberry Way, aunque se trate de una versión de The Move, el alocado grupo británico de Roy Wood y Jeff Lyne, que practicó un pop barroco, psicodélico y humorado tras la estela Beatles, por lo que no extraña el toque beat de esta canción en la estela Penny Lane, de la que se dice que era una sátira. “The Move es una de nuestras bandas preferidas. Admiramos su grandeza y su sonido, distinto e identificable entre muchas bandas de los sesenta, es un referente para nosotros. Una banda no apreciada en su momento y hoy en día desconocida para el gran público. Blackberry Way, del gran Roy Wood, son tres minutos de genialidad compositiva, y digna de pasar a la historia de la música moderna. Por todo ello, este es nuestro humilde homenaje, y nuestro mayor orgullo es que, a través de The Vinylos, las nuevas generaciones o el público que no conocía esta canción descubra la historia de este grupo de Birmingham y su legado”.

Tampoco faltan las curiosidades como la que aporta Why Have To Be Wait. “Hace algunos años Sonia conoció al grupo noruego The Pussycats a través de una chica alemana llamada Sophie. Esta le dijo que era su grupo preferido de los sesenta, que eran muy innovadores y que sus creaciones estaban a la altura de muchos grandes grupos del momento. Pero eran noruegos, y prácticamente se sabía muy poco de ellos. Por eso tuvieron escasa repercusión fuera de ese país. También Sophie decía que el power pop lo inventaron ellos, afirmación un tanto apresurada pero, cuando menos, curiosa. Lo cierto es que esta canción tiene mucho de ese power pop que nos gusta. Es innovadora y diferente para la época. Merece ser escuchada, y The Pussycats merecen ser reconocidos por los sibaritas del sixties pop europeo. Adoramos esta canción, y, como con todas las versiones que hacemos, lo que pretendemos es rendirles un sincero homenaje”.

El cierre del disco, tras dejar atrás otras brillantes piezas como Feel The Beat, The Birds Will Sing…, se produce con Why Don’t Tell Me, que posee un arranque de batería con un par de segundos arrancados, supongo que involuntariamente al Brilliant Disguise de Bruce Springsteen, para luego transitar incluso sin conciencia de ello -¿o es Bruce santo y seña de The Vinylos?- por su mismo camino rítmico, de balada a medio tiempo, y hasta se diría que con semejanzas en el fondo del texto: las relaciones fingidas, encubiertas bajo un disfraz. “Este tema caminó solo durante un tiempo, hasta que al final le hicimos un puente y lo acabamos. Una letra de desesperación culmina una canción que es una de nuestras favoritas. Empieza suave, pidiendo esas palabras que ya no me dices. Acaba desesperada, rogando que no me eches de tu mundo. En cierta manera, habla del engaño de muchas relaciones, esperando algo que, aunque sabemos que no existe, pedimos. Evitando un final para no sentirnos solos, pensando que con cuatro palabras bonitas las cosas cambiarán, cuando ya es imposible porque el amor hace mucho que se marchó”.

Con este nuevo disco y con el estupendo The Vinylos, con estos dos LP’s y con este sonido de hoy pero irremisiblemente formulado desde los sesenta, no extraña que The Vinylos hayan alcanzado ya un predicamento indiscutible en la misma cuna del pop, en la mítica The Cavern de Liverpool, donde se modelaron The Beatles, y en la que en próximos días, el 18 y 19 de mayo, volverán a tocar por tercera vez. Un privilegio que pocas bandas pueden alcanzar debido a su saturada programación e incluso algunas de las que lo alcanzan deben hacerlo, sí, aunque suene extraño, abonando dinero. A veces, ocupar tronos míticos tiene precio.

Que no es en absoluto –lo de tener que desembolsar dinero- el caso de estos entrañables y pasionales canarios, con la espléndida voz de Sonia al frente. Al contrario: son hijos predilectos y adorados de The Cavern y el famoso festival IPO, del que ya escribí hace un tiempo en este blog. Mejor lo cuenta Sonia: “Para The Vinylos, un grupo que tiene entre sus máximas influencias los sonidos procedentes del Mersey, tocar en The Cavern es estar lo más cerca posible de las huellas que han dejado muchos de nuestros ídolos. Y más, si añadimos que vivimos en Tenerife, la insularidad siempre ha sido una barrera para las bandas de las Islas Canarias, algo que en nuestro caso tuvimos claro que no iba a ser así, ya que nuestra música tiene alas, solo hay que dejarla volar.

Y de esta forma y gracias también a algunos contactos peninsulares, llegamos a Mr David Bash, un americano absolutamente enamorado de los sonidos Power Pop, fundador del IPO Festival, (International POP Overthrow) un festival que se realiza en diferentes ciudades alrededor del mundo donde reúne los grupos que, según su criterio, aportan algo novedoso dentro de los estilos que él adora (power pop, sixties-pop, garage rock, pop-sike…, etc.), siendo Liverpool el festival de más audiencia, y de más bandas tocando. Además, cada año escoge canciones entre una selección de los grupos participantes, y lo mejorcito lo incluye en un recopilatorio de tres Cd’s llamado IPO.

La primera vez que The Vinylos tocamos en The Cavern fue en 2017. Habíamos sacado nuestro primer LP el año anterior, y la noticia para nuestro sello Clifford Records y para The Vinylos fue fantástica, íbamos a presentar los temas de nuestro disco a un lugar que es un referente mundial de la música pop. Los conciertos en The Cavern Club se reparten en los tres escenarios que tiene el local: The Cavern Pub, y los dos del The Cavern Club, el Back, que es el escenario donde hacen los conciertos grandes, y el Front, el escenario conocido sobre todo por The Beatles. Da igual el escenario que te toque, en todos hay mucho público con unas ganas enormes de conocer a nuevos grupos. Esa vez tocamos en el Back y en el Front, nos quedó pena del Pub, pues allí se reúne muchísima gente y tiene un ambiente espectacular.

Esa primera vez fue increíble, una conexión magnífica entre público y banda, sencillamente no hay palabras para describirlo y David Bash quedó muy contento con nosotros. Nuestra sorpresa fue que en 2017 incluyó una canción nuestra I Know a Girl en el recopilatorio IPO de 2017.

A primeros de enero de 2018, justo cuando nos encontrábamos grabando nuestro segundo LP, Blow Me Up, con nuestra productora Virginia Izquierdo (nuestra George Martin femenina) nos llegó un correo de David invitándonos a The Cavern de nuevo. Sorpresa mayúscula y muchos nervios, significaba que lo del año anterior había gustado, pero este año teníamos que hacerlo mejor, y los nuevos temas aún no estaban terminados de grabar. Preparamos un repertorio de 30 minutos con los temas nuevos que estábamos grabando y otros del LP anterior. En The Cavern, en estos festivales, el tiempo máximo en el escenario es de 30 minutos, y la prueba de sonido es instantánea, una prueba de fuego para cualquier banda, pero con la que adquieres una profesionalidad y elegancia escénica importantísima. Al final, nos pidieron bises, y siempre llevamos 3 o 4 canciones más de sobra, con lo cual los dos conciertos salieron estupendos, de nuevo escenarios Back y Front.

David Bash nos volvió a pedir otra canción para su recopilatorio IPO 2018, Virginia hizo todo lo posible para mezclar el tema escogido en un tiempo record, la canción elegida fue Summer Rain, y como curiosidad decir que la mezcla incluida en el recopilatorio IPO es diferente a la mezcla final que ha salido Blow Me Up. Esta es una de nuestras canciones amadas, reúne todo lo que creemos necesario en una composición de corte sixties, el sonido rickenbacker, los coros, la melodía, y esa atmósfera pop-beat triste y esperanzadora a la vez. Para culminarla, el artista Álvaro Ortega realizó un video en el que, según sus propias palabras, “desfilan los grandes amigos del Universo Vinylos bajo una idílica lluvia de verano”. Video, por cierto, nominado a mejor video del año 2018 en Los Premios Canarios de la Música.

En enero del 2019, con nuestro LP Blow Me Up reciente en el mercado (ya que se publicó en noviembre del 2018), David Bash nos invita, ¡por tercera vez!, a participar en el IPO Festival de Liverpool. Esta vez pisaremos el escenario del Cavern Pub, y el escenario del Back. Llevaremos nuestro repertorio de 30 minutos (y algo más) con algunas variaciones en los diferentes escenarios. Esta vez, habrá un quinto Vinylo, ya que el músico Manolo Fernaud se unirá a nosotros con su teclado. La colaboración de Manolo surgió cuando presentamos en enero del 2019 el LP y nos encantaron sus ganas y el sonido que nos aporta. Y sí, David Bash nos ha pedido una canción para el recopilatorio IPO del 2019 que bajo el sello Omnivore Recordings de Los Ángeles, saldrá a la venta en el mes de septiembre del 2019. Y la escogida es Blow Me Up, ganadora del premio a MEJOR CANCIÓN DEL AÑO en Los Premios Canarios de la Música. Totalmente merecedora de volar lo más lejos que pueda.

Estar por tercera vez en Liverpool, invitados, es un placer musical al que no podíamos renunciar. Estamos viviendo este momento y todo lo que nos venga es un regalo. Y tocar en ese entorno, donde se respira la música que amamos, es un honor y por tanto hay que aprovecharlo y disfrutarlo. No sabemos si otras bandas han tocado tres años seguidos, pero para The Vinylos, Liverpool y el IPO Festival es un punto de encuentro con otras bandas de todo el mundo y con David Bash, al que apreciamos y nos ha dado la oportunidad de que nuestras canciones vuelen muy alto. ¡Desde Tenerife a Liverpool, por tercera vez!”.

Ya digo, The Vinylos juegan en la excelencia. No llenan estadios, pero sí lugares míticos como The Cavern. Y en su tierra se les quiere y se les premia. Estas también son medallas olímpicas. Lo bueno sería que dieran el salto de verdad a la península, aunque eso, ya se sabe es muy duro y costoso, pero se lo merecen: están entre lo mejor de la escena del pop nacional. Aunque si hay algún curioso correcaminos aragonés que me lea, tiene una oportunidad: el día 15 de junio tocan en Linares (Jaén), en el Festival Indies In Parkas, en su sexta edición… Con ello dan un paso más en su único y principal propósito vital: “Seguir haciendo canciones y seguir disfrutando en los escenarios”. Sea.

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