Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

Rivarés, el inane concejal podemita

Rivares
Rivares

Por causas más exógenas que propias, tengo cuenta en Twitter y Facebook. Como si no las tuviera. La primera, ni la miro; la segunda, alguna vez que otra y tan apenas escribo. Hay mejores cosas a las que dedicar el tiempo y la vida, máxime cuando pisar el estercolero es fácil. Acabo de hacer, no obstante, una de esas visitas esporádicas a mi cuenta de Facebook y me encuentro con que Jorge Morgan, componente de Insulina Morgan, ha pegado en ella (no entiendo muy bien esas intromisiones en casa ajena, pero demos por bueno el juego conector de Facebook), un 'hilo' en el que el concejal podemita de Cultura de Zaragoza, Fernando Rivarés, a raíz de mi selección en este blog de cinco discos aragoneses relevantes de 2017, viene a tildarme de “destructivo y cínico”, a la vez que yo desprendo que aún no sabe discernir entre una crítica y una selección discográfica. También parece que da entender, por los discos seleccionados, supongo, que soy del siglo pasado y que, por tanto, vivo en la melancolía. ¿Los habrá escuchado? ¿Sabrá tan siquiera quiénes son My Expansive Awareness, que ocupan el número 1?


Oiga, señor Rivarés, ¿qué es del siglo pasado y qué es de este? ¿Qué música está vigente y cuál no? ¿Qué criterios rigen para considerar un tiempo válido o no? ¿Beethoven está inhabilitado y Kendrick Lamar no, por ser ambos de siglos diferentes? Si es así, como según parece por su mensaje, su formación musical y humanística están bajo cero, como su gestión al frente de una concejalía que le viene muy grande.


Luego volveré a su concepción de la música y de la cultura, porque, ahora que anda cercano, me parece más importante, antes que dirimir estos conceptos y contestar a su amable mensaje de Facebook, detenerme en su cargo, en su infructuosa labor como político cultural, algo mucho más sustancial que sus opiniones y conceptos. Ya ha dado muestras suficientes de su ineptitud desde ese cargo sobrevenido de concejal: Zaragoza no pinta nada en el concierto nacional desde que usted y su antecesor, Jerónimo Blasco (PSOE), ocupan cargo tan significativo y cardinal para la música como el de concejal de Cultura (ahora le llaman cursimente consejero). Su gestión musical es inexistente, en lo local y no digamos en lo nacional e internacional. ¿Qué galones puede lucir al cabo de tres años? ¿Cuáles son sus logros? ¿Su balance de este trienio? Responda:


-¿Qué grandes programaciones puede exhibir?


-¿Qué infraestructuras nuevas ha creado usted para la música pop local?


-¿Qué acceso tienen los grupos locales a los Centros Cívicos?


-¿Y al Laboratorio de Sonido y al sello discográfico municipal?


-¿Qué grandes figuras han pasado por Zaragoza merced a su esfuerzo y conocimientos?


-¿Y qué me dice de la privatización de la música en fiestas del Pilar, que genera programaciones vulgares, tomadas por la comercialidad y el capitalismo feroz, a ustedes que se les llena la boca con lo público y el antiliberalismo?


-¿Y qué hay de ese foco, por lo general, infecto de ruido en que se convierte un lugar sacrosanto como la plaza del Pilar en fiestas?


-¿Qué rutilante programación musical preparó en San Valero como para jactarse de ella, tal como hizo hace un par de años, en la que repetía el mismo cliché de cutrez de su antecesor? Algo impresentable en un gobierno que se decía que venía a cambiar todo. Eso sí es cinismo, mentir, no hacer lo que se promete.


-¿Qué ha aportado de nuevo a la música de esta ciudad? ¿Su ridículo baile en el balcón del Ayuntamiento junto al rapero de marras? Ya está mayorcito, oiga, para estampa tan forzada. ¿O se trata de acompasar el paso a este siglo, que dice usted, por cazar votos adolescentes? Eso es también más cinismo, cretinamente cinismo político.


-¿Y qué me dice usted de todas las reivindicaciones de los grupos locales, puestas de manifiesto en el desaparecido Roscón Rock? ¿A cuántas de ellas ha dado respuesta real? Vea:


-¿Tienen los grupos acceso transparente, fácil y gratuito a los centros cívicos? ¿Y al estudio de grabación del Centro de Historias?


-¿Qué ha sido de la cacareada Mesa de la Música?


-¿Ha respondido usted a la creación de la Casa, u oficina de la Música, que demandaban los músicos locales?


-¿Algún músico o colectivo gestiona, o está en la gestión, de algún local municipal?


-¿Ha creado algún concurso o plataforma de promoción artística?


-¿Cuántos locales de ensayo ha proporcionado a los grupos?


-¿Qué jugosa cantidad de dinero ha invertido en el apoyo a la grabación, edición y publicación discográfica?


-¿Ha abierto generosamente las puertas de la Multiusos y del mismo Auditorio a los músicos de la ciudad?


-¿Ha aligerado los trámites burocráticos para las licencias de las salas musicales?


-¿A cuántas salas apoya su Ayuntamiento?


-¿Cuántas publicaciones musicales ha editado su concejalía de Cultura?


-¿Qué medidas ha tomado para promover la asistencia a conciertos en las pequeñas salas?


-¿Cuántas campañas de apoyo y difusión a los músicos locales ha realizado?


-¿Cuánto ha incrementado la dotación económica de la Escuela de Música?


Me temo que mal y poco puede usted, Sr. Rivarés, responder a estas y otras cuestiones. Venga, haga gala de su cinismo. Bajo el gran credo podemita, vino para cambiar todo, y lo ha empeorado, no ha creado nada sustancial ni nuevo. Eso sí es ser destructor e impúdico.




Y, volviendo a sus mensajes: si establece (peyorativamente) una frontera entre un siglo y otro, ¿quiere decir que desdeña el pasado? Como Mozart es del XVIII y Syd Barrett o Nick Drake (¿le suenan?) afloraron en XX, no sirven, estamos en la melancolía, pero si es un rapero con el que echarse un forzado y ridículo baile en el balcón municipal, estamos en la actualidad, somos 'cool', es lo que mola y vale. Solo desde la ignorancia más supina puede emitirse una opinión así, pero usted no es un chiquilicuatre de las redes sociales ni un sandio periodista como yo, sino el concejal de Cultura de una gran ciudad española, cargo de gran responsabilidad aunque ni la derechona ni la izquierda falaz así lo estimen. Más grave todavía pues, por no decir de ejercicio inhabilitante, esa conceptualización cultural suya.


Díganos cuál es su música y cuáles son sus objetivos musicales para esta ciudad. Cuál es su preparación musical para la opinión fundamentada y para ejercer su cargo. Deje de descalificar gratuitamente y sin cimientos argumentales, trabaje, no pierda tanto el tiempo en las redes sociales buscando feligresía y luciendo ego, instrúyase, déjese la piel por esta ciudad, por su cultura y por su música de verdad, no por las mamarrachadas del balcón municipal.


Y también documéntese y aprenda un poco para llevar con cierta dignidad la banda roja de ese solemne cargo que ostenta. Pida a sus técnicos, ya que usted me temo que no se enteró en su momento, un breve dossier sobre lo que fue la cultura popular propulsada por el ayuntamiento zaragozano en décadas pasadas. ¿Sabe lo era el programa En La Frontera, las noches del Rincón de Goya, las de la Hípica, las temporadas de Música, Teatro y Danza del Principal, el ciclo Todos los meses Jazz, los grandes conciertos de La Romareda, el Taller de Rock, las programaciones gestionadas autóctonamente por el Ayuntamiento en fiestas de Pilar, el pabellón municipal de fiestas, los conciertos del Museo Provincial, los concursos municipales de rock… y tantas y tantas fructuosas iniciativas como crearon y alentaron sus antecesores en el cargo, desde Luis García Nieto a Rafael de Miguel, Antonio Piazuelo y Juan Bolea? Se le va a caer el cuajo, si no la cara de vergüenza, si le llega ese dossier, por político inepto y cínico (sí, aquí también su contumelia es palpable).


La vulgaridad se ha comido este tiempo. Usted ha hecho bueno a Zygmunt Bauman (la cultura se ha vuelto líquida), ha dado la razón a Vargas Llosa (“la civilización actual se rige por el mero y pobre espectáculo”) y se ha alineado con el filósofo francés Gilles Lipovetsky y su teoría de la ligereza como tendencia dominante en el espíritu de nuestra época, siendo usted uno de los culpables de esa ligereza, al menos en lo musical.


Afortunadamente, las encuestas dicen que le queda poco tiempo de lucir banda roja e ineptitud política (una pena, que usted y algunos colegas hayan matrimoniado ambas cosas), la gente, esa gente con la que llenan los carrillos, que no es solo podemita sino más global y menos sectaria, le ha calado. Sabe, sabemos, de su cinismo y de su incompetencia política. Es usted, por la connivencia imperdonable del PSOE, el concejal de Cultura más inane, falso e incapacitado –hechos y omisiones en su gestión cantan- que ha pasado por esta ciudad desde que se ganó la democracia… Ufff, el 2019 está a la vuelta de la esquina.


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