Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

Wilko Johnson combate un cáncer terminal empuñando la guitarra

Los más veteranos del lugar recordarán aquellos febriles guitarrazos que daba, no ya en Dr Feelgood, a mediados de los setenta, que eso igual les queda lejos, sino aquí mismo en Zaragoza, en los ochenta, y ya en solitario, como estrella, primero, del festival que se celebró en la plaza de toros como premio a los dos ganadores del Concurso Municipal de Pop y Rock de 1982, y después en su presencia en la sala Metro.


Me refiero a Wilko Johnson, aquel lunático guitarrista que daba unos saltos de vértigo mientras apuntaba con la guitarra al público con los ojos traspuestos, un universitario que colgó los estudios para licenciarse en lo que más le gustaba: el rock'n'roll y la guitarra de su ídolo Mick Green, de Johnny Kidd & The Pirates, de quien él mismo confesó que quiso seguirle e igualarle pero no pudo. Mucha sinceridad o quizá exceso de humildad a la vista de los zarpazos guitarreros que truenan en sus cuatro discos con los Feelgood –el crucial 'Down By the Jetty' (1975), 'Malpractice' (1975), 'Stupidity (1976) y 'Sneakin' Suspicion' (1977)-, con los que marcó época, y luego en solitario con sus Solid Senders, su Wilko Johnson Band o su estancia temporal en los Blockheads de Ian Dury, años en los que bajó el pistón de su popularidad pero no así la torrencialidad de su guitarra. Un documental en este milenio de Julian Temple sobre los Feelgood le sirvió para retomar su irregular carrera con más brío y para que se editaran dos volúmenes recopilatorios así como la reedición de su álbum de 1995, 'Barbed Wire Blues'.


Todo un valiente de la vida y del arte. A principios del año pasado, le diagnosticaron un cáncer pancreático terminal, dándole unos diez meses de vida, pero en vez de arrellanarse en la pena salió de gira y se metió en un estudio para grabar un último disco junto a Roger Daltrey: 'Going Back Home', que ha editado Universal hace unas semanas. Daltrey está en este disco más bajo de tono vocal pero guerrero como siempre. Los dos retornan a las fuentes de Dr. Feelgood y a los discos en solitario de Wilko, o sea al pub-rock, ofreciendo una relectura brutal de aquellas piezas, entre ellas una versión de Bob Dylan, 'Can You Please Crawl Out Your Window'. También se añade alguna nueva que Johnson había compuesto antes de diagnosticarle la enfermedad, principalmente la que abre y da título a este potente disco de R&B tradicional, engastado de sudor y electricidad como en los viejos tiempos. Un discazo como una catedral.


Wilko, pese a los pronósticos médicos, sigue vivo para contarlo con mucho humor: “Estuve hace unos meses en Japón y se suponía que iba a ser mi última visita. Tengo muchos amigos allí. Al volver a Inglaterra, en el aeropuerto de Tokio, la que se montó fue la leche: lloros, abrazos… y ahora resulta que vuelvo. Van a pensar que les estoy vacilando”, le contaba el mes pasado a Iñigo Palacios, de El País. Y finalizaba: “He descubierto que la gente me quiere. No lo sabía. La única putada es que no puedo hacer planes a largo plazo. Pero la verdad es que eso nunca ha sido lo mío”.


Ojalá el humor y el fuego guitarrero dure mucho más tiempo, aunque quién sabe. Desde que le diagnosticaron la enfermedad, se negó a medicarse, decidiendo esperar el final con ironía y con la guitarra en las manos, o sea, de la mejor manera que puede hacerlo un valiente guerrero: muriendo matando.


Aquí dos canciones nuevas compuestas para el disco con Daltrey:


http://www.youtube.com/watch?v=GwLeTPVuD3c


http://www.youtube.com/watch?v=JK-U5o1becw




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