Blog - Los desastres de la guerra

por Gervasio Sánchez

Adolfo Suárez en el Chile de Pinochet

Conocí a Adolfo Suarez en Santiago (Chile) en enero de 1987. Había viajado al país austral para participar en el homenaje a Eduardo Frei (ex presidente chileno) que había fallecido cinco años antes. Chile vivía bajo la dictadura de Pinochet, estado de sitio y toque de queda. Llevaba casi tres meses en aquel país y me lo presentó el periodista José Luis Gutiérrez, al que conocía por su vinculación con Diario 16. No era un político al que admirase y creo, además, que la transición política ni mucho menos fue tan modélica como se ha querido demostrar.


Pero me impresionó lo que hizo durante una entrevista en el canal 7 de la Televisión chilena, controlada por los sectores más recalcitrantes de aquel régimen asesino. Fue muy crítico con Pinochet y no se dejó acorralar con las preguntas puntillosas del periodista que intentó varias veces conseguir su apoyo al régimen dictatorial.


Aquella entrevista tuvo un gran impacto en Chile. Al día siguiente tuve ocasión de coincidir un buen rato con él y pude decirle: "Señor Suárez (llámame Adolfo, me pidió a las primeras de cambio), nunca pensé que le iba a dar las gracias por su valentía". Incluso me atreví a decirle que "era la primera vez que me caía bien como político". Recuerdo que me contestó con una carcajada y una caricia.


Durante los siguientes años nos vimos varias veces en América Latina y siempre se mostró muy cariñoso y en varias ocasiones me pidió mi opinión sobre los acontecimientos políticos en América Latina.


He conocido a muchos políticos y casi ninguno me ha interesado. Cuando se quitan la careta se acaban transformando en personas muy poco atractivas. Incluso me han defraudado aquellos a los que tenía simpatía por alguna decisión determinante. Con Suárez me pasó lo contrario.


Descanse en paz

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