Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

La sinfonía balsámica de Bunbury

Si los títulos tuvieran que pagar royalties, Bunbury ya lo tendría que estar haciendo a Miguel Ríos y Shearwater: el granadino editó un amoroso single en los primeros setenta, 'Despierta', y el grupo americano tiene un precioso álbum de igual título al del aragonés, publicado en 2005. Casualidades, simplemente.


¿Casualidad también que Pink Floyd revolotee por algunas canciones de su nuevo disco, 'Palosanto', que hoy se ha puesto a la venta? También, pero sorprendente: ¡quién podría esperar un disco bunburiano segregando 'fluidos rosa' de forma tan espesa, mucho más acendrada de lo que hizo en 'Pequeño'. Pues ahí están piezas como 'Salvavidas' y 'Los inmortales' lamiendo 'The Dark Side Of The Moon', y en concreto 'Time' (sin los relojes) o la serena 'El cambio y la celebración' remitiendo a 'Wish You Were Here'. Bunbury se declara, oh sorpresa, pinkfloydiano, y de hecho el primer disco que se compró o le regalaron fue 'The Dark Side Of The Moon'. Quizá conociendo esta querencia, que revela en la entrevista que le hice el domingo en el Heraldo y que transcribiré completa en el blog en días próximos, el asunto sorprenda menos, pero de entrada, sin conocer esta querencia, sí que se tiene esa sensación de sorpresa.


Las canciones citadas entran perfectamente en la nueva horma en que Bunbury ha apretado las piezas de 'Palosanto': en la del baladismo, en la de los tempos lentos. De quince piezas, doce están construidas bajo este patrón. Esto, unido a unos preciosos arreglos de cuerdas, a que ha huido de las raíces, del cancionero latino y mediterráneo, (si bien una de las más bellas del álbum, 'Plano secuencia', es un vals de cámara con chelo, o 'Mar de dudas' juega entre el bolero y el tango, pero sin la coraza latina de antaño), a que la secuela de 'Space Oditty' de Bowie, vía 'Lady Blue', vuelve a estar presente ('Despierta'), a la contención de la batería y a que Bunbury, manifestándose tierno y entrañable, ha evitado viejos tics tabernarios en la voz, cantando limpio y melódico, e incluso componiendo una canción –'Más altos que nosotros solo el cielo'- para alinear entre las sensibilidades mayores de Héroes –'Tesoro', 'Con nombre de guerra'…-, genera un disco muy placentero.


Solo tres piezas –'Habrá una guerra en las calles' y su tropicalismo, 'Destrucción masiva', de corte stoniano, y la base funky de 'Hijo de Cortés' con derivaciones santaneras y hasta organísticas del Al Kooper de la 'Supersessions'- 'desentonan', por así decir, de esta 'sinfonía balsámica', nacida en lo literario del efecto de movimientos sociales como el 15-M, pero sin que ello convierta al álbum en un disco político y menos ajetreado.


Habrá quien no encaje bien un disco tan 'lento', empleando términos cinematográficos, que le resulte tedioso el desequilibrio de tempos que el disco presenta, inclinándose radicalmente por la serenidad, y que prefiera a un Bunbury más enardecido. Bueno. Pero no por más ruido y aceleración hay más rockismo. Aquí, la sensibilidad, las melodías estupendamente construidas, los sutiles arreglos orquestales, el calor soul de los coros, las guitarras limpias… elevan definitivamente a Bunbury, tras su licenciatura cantinera, a doctor en bellas artes baladísticas. Cuatro canciones, al menos, 'Salvavidas', 'Plano secuencia', 'Prisioneros' y “El cambio y la celebración” son para enmarcar.


El pasado sábado, recibí a 'Palosanto' en la página de discos de Heraldo con cinco estrellas, como en su día lo hice con 'Pequeño' o 'Las consecuencias'. Es otra cara de Bunbury, siempre peleándose contra el repeticionismo, buscando la progresión y el camino hacia nuevos paisajes. Su disco más ambicioso, sereno y confortable. Un perfecto antídoto contra el ruido de este tiempo.


Aquí, el ya conocido vídeo de adelanto del álbum, 'Despierta.


http://www.youtube.com/watch?v=Ig15W89WE-w


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