Un día en Dinópolis

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Largos fines de semana estivales, mucho calor…. Todos buscamos con desesperación opciones de ocio para los niños, si de paso no son una tortura china para los padres y además tienen un punto didáctico, mejor que mejor. Guiados por esta máxima, nos acercamos a Dinópolis, en Teruel. Meca de los dinosaurios para todo niño amante de estos animales extintos. Aunque me temo que en el fondo todos esperan encontrar alguno vivo cuando llegan allí…


Como en todo parque que se precie, lo primero es pasar por taquilla. En este caso, solo adquirimos entradas para Dinópolis y no para el resto de sedes del 'Territorio Dinópolis'. Así que fueron 27 euros cada adulto y 21,50 la entrada infantil. Barato no es.


Si algo hay que destacar es la amabilidad y profesionalidad del personal del parque, resulta realmente agradable. Nada más entrar, surge la oportunidad de disfrutar de una proyección en 3D. Es un cortometraje animado con la historia de 'Tirón', un Tyrannosaurus Rex albino que fascina a los niños. Estas proyecciones tienen lugar cada media hora, el aforo de la sala es suficiente y no hay problemas para verla.


No obstante, el principal inconveniente que le veo al parque es el tema de los horarios. De entrada, el horario del parque se hace corto porque cierra a las 20.00, pero es que la mayoría de las 'atracciones' tienen su propio horario, lo que supone a veces hacer colas largas y pesadas. Por ejemplo, las dos estrellas del parque son el simulador 4D Terra Colossus y la proyección de T-Rex. Pero en ambos casos los horarios son escasos y los aforos limitados, así que a veces hay que guardar filas de hasta una hora, con el riesgo de no poder entrar al final.


El simulador 4D Terra Colossus es una especie de viaje virtual en una nave que vuela, bucea y camina por la tierra a una isla en erupción donde hay que rescatar a un Tyrannosaurus Rex. Son apenas 10 minutos de proyección, pero la película en 3D y los movimientos de las butacas no decepcionan. Eso sí, no se permite la entrada a niños con una estatura inferior a 1,20, con las frustraciones que ello conlleva.


El espectáculo T-Rex ofrece la recreación del dinosaurio más aterrador y fascinante del Jurásico, así como de su entorno. Inolvidable para los más pequeños.


No obstante, en Dinópolis hay más. El Museo Paleontólogico (visitas guiadas cada 15 o 20 minutos) ofrece múltiples curiosidades para niños y adultos. Pero cuenta con dos piezas que producen verdadero asombro: la reproducción a tamaño real de los esqueletos de Tyrannosaurus y de un Brachiosaurus. También exige una parada el húmero de 1,80 metros del Turiassaurus, hallado en Riodeva.


Hay espectáculos musicales, de marionetas, de teatro negro, diálogos con el hombre primitivo, una sala de juegos y un Sauriopark (un pequeño parque con algunas atracciones mecánicas), maquillaje para niños, manualidades... Una paleosenda con cuevas y una especie de yacimiento donde los más pequeños pueden jugar a encontrar huesos de dinosaurio.


En algunas de las propuestas, como el Sauriopark, el simulador 4D, las cuevas o los rocajuegos existen limitaciones de edad o altura. Algunas son para mayores de 9 años o de más de 1,20 de altura y otros son para menores de esa estatura. Conviene fijarse porque más de uno se queda chafado cuando ve que no puede acceder.


A título particular, recomiendo la exposición 'El último minuto' (además está abierta todo el día), un paseo por la evolución del ser humano gráfico, instructivo y divertido. Concluye con un recorrido en barca escenificado que permite visitar distintos momentos de la Tierra y del hombre a través del tiempo.


A la hora de comer hay dos restaurantes, aunque en nuestra visita uno de ellos estaba cerrado. El más grande ofrece un menú a 14 euros para adultos y otro infantil por 10. La comida está bien, pero el lugar resulta grande y ruidoso, y las colas se repiten. En las normas del parque se indica que no está permitido introducir comida ni bebida, pero lo cierto es que mucha gente se sentaba en la mesa con bocadillos y tuppers traídos desde casa.


Para salir del parque hay que pasar por la tienda de recuerdos. Pero si se trata de elegir un recuerdo, a los críos les fascina hacerse una fotografía con un croma con dinosaurios de fondo. El resultado es de lo más real (de 4 a 6,5 euros, según formato).


Lo cierto es que al margen de colas y precios, aspectos solo apreciados por los padres, los niños (y no tan niños) salen fascinados, rugiendo como dinosaurios y enamorados de unos animales de los que descubren y aprenden mil y una curiosidades.

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