Blog - Al Alba

por Mariano Gistaín

Estos días / 2

Se siente tan hostigado que les dice a sus discípulos que vendan las túnicas y compren armas. Por un momento les incita a empuñar la espada.


Sufre momentos de desesperación.


Sabe que hay final feliz, pero también sabe que le van a torturar. Y que lo van a matar de la manera más cruel.


Suda sangre. Reconoce que la misión le excede. Tiene miedo.


Los acólitos se duermen. No entienden nada. Le han visto curar incurables, resucitar muertos, multiplicar la comida: una les va y otra les viene.


Aún están pensando en qué cargos van a obtener. Dónde se sentarán.


Alguno empuña la espada.