Occidente funciona por el espíritu crítico (Vargas Llosa), pero la disidencia cada día está más penalizada y sale más cara: Occidente ya es casi China.

Aaron Swartz, el brillante programador y activista de 26 años que se ha suicidado en Estados Unidos estaba sufriendo un acoso judicial desproporcionado, propio de un estado totalitario.

El soldado Manning. Julián Assange el de Wikileaks, prisionero en la embajada de Ecuador en Londres. Occidente se parece cada vez más a Guantánamo. Ejercer el espíritu crítico requiere tanto coraje como en Rusia.

El miedo también es global. Qué éxito.

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Pero: hay una petición popular a la Casa Blanca para que destituyan a la fiscal que acosaba a Swartz. La campaña empezó ayer y ya lleva cinco mil y pico firmas (faltan 17.000). Qué envidia de página, https://petitions.whitehouse.gov/. Aún hay una rendija para el espíritu crítico, aunque cada día es más estrecha. Lo de Swartz va a traer cola, long tail por un mártir del conocimiento libre y en definitiva de la libertad.

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Aportaciones de Aaron Swartz