Blog - Al Alba

por Mariano Gistaín

Manuel Sarasa

Manuel Sarasa es un crack absoluto. Humilde y constante, persevera e inventa preguntas definitivas. Tras veinte años de investigaciones va a probar su vacuna contra el Alzhéimer. Este catedrático de anatomía de Ayerbe nos está salvando la vida. Ha tenido que convertirse en hombre de negocios, en promotor y evangelista de la ciencia en un país que aún la ve como un extra. Lo ha hecho, con paciencia y momentos de desconsuelo, lo sigue haciendo. Es el Nobel en ciernes, y lo tenemos en Zaragoza, accesible, cordial y afable. Su empeño va dando frutos parciales: en cada etapa previa en pos del objetivo final ha descubierto cosas asombrosas que nadie había imaginado. Detalles que ayudarán a otros científicos en diversas aproximaciones.


Su equipo compite con 900 grupos de investigación. La prevención y cura del Alzhéimer es una apuesta colosal y hay billones en juego. Manuel Sarasa ha acorralado a la proteina beta-amiloide, ha buscado comprenderla desde su origen (es nuestra, la fabricamos en nuestras células); descubrió que los perros padecen una enfermedad similar y que la proteína aumenta en sangre: ha desarrollado el kit para medir el beta-amiloide en la sangre. Y la vacuna. Ahora comienzan los ensayos clínicos en humanos. Está cerca, y las preguntas que se viene haciendo desde que era estudiante empiezan a desvelar el misterio.


Manuel Sarasa en el laboratorio, en la oficina, en sus charlas accesibles y didácticas, nos está salvando ya la vida, la memoria. De estas preguntas y de este cerco a la proteína saldrán hallazgos inimaginables que aliviarán otras dolencias. Manuel Sarasa y su equipo encarnan el mejor argumento para mantener el optimismo y reconocer la abundancia.


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Hasta que llegue a las farmacias el milagro (y entonces con mayor motivo), lo que recomienda Manuel Sarasa para prevenir esa enfermedad atroz es mantener la ilusión, emprender proyectos cada día, aspirar sin desmayo a la felicidad.