Blog La voz de mi amo

por Matías Uribe

¿No se está pasando Madonna?

Están en su derecho, pero resulta cada vez más chocante el celo de las discográficas por preservar los discos hasta el mismo día de su publicación por el miedo a la piratería. Los encierran bajo siete llaves y a los mismos periodistas les montan unos circos insólitos para acceder a audiciones previas: escuchas en salas medio acorazadas, sin grabadoras, nada de críticas previas, prohibidas las copias promocionales de adelanto…Uno mismo, sin llegar al extremo de estas escuchas blindadas, ha guardado silencio, o más bien ha puesto a buen recaudo, no ya de amigos sino de los mismos familiares más allegados, un determinado disco cuando así me lo ha pedido una discográfica determinada. En ese aspecto soy muy escrupuloso y leal con quien confía en ti. Creo que así debe ser.


Pero lo que no entiendo es para qué vale tanto celo si se trata de hacer frente a la piratería. Tengo la sensación de que no sirve para nada. En cuanto el disco llega a las tiendas ya es objeto público y sujeto de pirateo viral. El fan que está dispuesto a comprar un disco lo hará, con filtración y sin filtración, con adelanto público o sin adelanto. Llama pues la atención, por no decirlo de forma más cruda, que en estos tiempos de saturación de los juzgados y con los grandes problemas que penden sobre el país, un juez de Zaragoza ande librando comisiones rogatorias a Estados Unidos, Alemania o Luxemburgo para aclarar y condenar, si hubiese lugar, el caso del presunto filtrador de una canción del último disco de Madonna. Se supone que asuntos de mucho más calado habrá en la mesa del señor juez, mas si así lo demanda su trabajo, nada que objetar. Lo que no quita para que desde fuera se vea como una desmesura. ¿O es que se ha filtrado un alto secreto de Estado o la fórmula de la Coca-Cola?


Da la sensación de que Madonna está rabiosa. No se sabe si por la filtración o por el fracaso de ventas de su último álbum. Sus abogados, tras exculpar el juez a un fan zaragozano de haber filtrado la canción, han pedido la reapertura del caso. ¿Acaso la filtración de una canción que, al parecer, ni estaba acabada, puede haber sido la causante del fracaso comercial y de los palos que le ha dado la crítica? Está en su derecho de defensa de su pecunio intelectual, pero debería mirárselo: ella y nadie más es culpable de ese fracaso. Lleva varios años sin dar palo al agua, haciendo unos discos pueriles cuyo trasluz es la huida de la gente de las cajas registradoras.


Sigan sus abogados persistiendo, pero un simple fan de Zaragoza no ha podido tener acceso directo a esa canción, como tampoco la filtración ha podido perjudicarla, ni comercialmente ni musicalmente. Que una canción de un álbum se conozca una semana o un mes antes de que aparezca ese álbum en el mercado no tiene la más mínima incidencia negativa sobre un disco, más bien al contrario, es publicidad. De hecho, en los últimos tiempos, no son pocos los artistas que adelantan por Internet no una sino todas las canciones de un álbum, el más reciente Paul Weller. Nadie le puede recriminar, insisto, a Madonna o cualquier otro artista que defienda su trabajo, pero en el caso de la filtración de la canción previamente a la edición de último álbum, me da la sensación de que Madonna se está pasando. Si la 'reina del pop' quiere vender discos que ofrezca calidad y se deje de zarandajas. Y las discográficas que guarden su celo para otras cosas, pues la custodia a cara de perro de sus discos antes de publicarse ya se ve que sirve para poco.


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