Blog - Al Alba

por Mariano Gistaín

Consumidos el Rey y el Barça, queda(ba) el Madrid

Actualización: El Madrid ha fallado tres penaltis. Ha ganado el Bayern. El FMI pide más  dinero público para sanear la banca española (algo ha oído).


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Los partidos de Champions de ayer y hoy son partidos de Estado. Más que la caza mayor, lo que manda es el fútbol. Fútbol de Estado. Mario Draghi no va a imprimir dinero para comprar bonos de deuda de España: el presidente del BCE ha dicho que el programa de compra de deuda "no es eterno ni infinito". Así que solo nos queda el fútbol. Eliminado ayer el Barça, nos aferramos al Madrid, que se enfrenta al Bayern y tiene que remontar el 2-1 del primer partido.


Al no haber ideas, ni principios, ni dinero, Europa se decide a penaltis.


Bueno, dinero sí hay, pero está apalancado, circulando entre algoritmos locos, fuera del mundo y la comprensión humana, que ha diseñado esos programas para desafiar sus límites biológicos, explorar el multiverso y asomarse al caos. Esta es una época romántica.


La Casa Real ha cumplido su misión de procurar contenidos tuiteables, modelo de viralidad ya incluido en las escuelas de negocios: elefanticidio, relaciones prohibidas, dejar la oficina sin avisar, cadera relámpago, contrición...


Contra lo que sostiene la unanimidad popular, el Rey ha ganado relevancia con este rosario de sandeces y ahora puede enfrentarse de tú a tú a otras figuras patéticas de la feria global que inauguró Berlusconi y que se basa en la transgresión desde arriba. Obama no practica esos trucos porque aún tiene portaviones y Facebooks, pero el que gobierna (o simboliza a) un país sin recursos ha de esmerarse -esmerilarse- en lo personal.


Entonces, gastado el cartucho de reserva (el Rey) y sin inyecciones del BCE, España se juega la honra en el partido de esta nuit. Honra = dinero: símbolo y fantasía, que es lo que pastan los mercados.